Rudi, una mujer austera, pionera en ocupar cargos de responsabilidad

  • Luisa Fernanda Rudi, una mujer que mantiene las distancias y hace gala de un espíritu trabajador y un carácter austero, se ha convertido hoy en la primera presidenta de Aragón, culminando una carrera política que comenzó en 1983 al ser elegida diputada autonómica por Alianza Popular.

Isabel Poncela

Zaragoza, 13 jul.- Luisa Fernanda Rudi, una mujer que mantiene las distancias y hace gala de un espíritu trabajador y un carácter austero, se ha convertido hoy en la primera presidenta de Aragón, culminando una carrera política que comenzó en 1983 al ser elegida diputada autonómica por Alianza Popular.

Luisa Fernanda Rudi (Sevilla, 1950), casada y sin hijos, sin declararse feminista ha conseguido romper barreras en la política, al ser la primera mujer que ha ostentado los dos principales cargos de responsabilidad en la Comunidad, alcaldesa de Zaragoza (1995-2000) y presidenta del ejecutivo autonómico.

A ello hay que añadir que ha sido la primera y única mujer, hasta ahora, en presidir el Congreso de los Diputados (2000-2004), puesto al que llegó de la mano de un muy buen amigo suyo, padrino de su boda: el expresidente del Gobierno José María Aznar.

La nueva presidenta, auditor censor jurado de cuentas y profesora mercantil, se afilió a Alianza Popular a principios de los años ochenta y obtuvo su primer cargo político en 1983, un escaño en el parlamento de Aragón en las primeras elecciones autonómicas.

Casi treinta años después vuelve a la institución que vio nacer su carrera política y que relanzó Aznar, al reclamarla para la política nacional, en la que consiguió escaño en el Congreso de los Diputados en tres ocasiones (1986, 1989 y 1993).

Su carrera parecía centrarse en Madrid cuando, de nuevo, su amigo Aznar le propuso una nueva meta política: que encabezara la lista del PP para ser alcaldesa de Zaragoza en las elecciones de 1995.

Tenaz y excesivamente seria en ocasiones, según reconocen algunos compañeros, Rudi cumplió el encargo y venció en las elecciones de 1995 y 1999. Presume de que fue entonces cuando se diseñaron los grandes proyectos que han convertido a Zaragoza en la ciudad que es hoy.

La austeridad y el control del gasto fueron las señas de identidad de su gestión en el ayuntamiento, lo que sus adversarios políticos han utilizado para ironizar y recordarle que su único logro fueron los maceteros con los que adornó algunas calles de la ciudad.

El año 2000, Aznar volvió a requerirla para encabezar la lista al Congreso del PP por Zaragoza y, como premio a su fidelidad, le propuso para ser presidenta del Congreso de los Diputados, volviendo a la política nacional con uno de las más altos cargos del Estado.

En su despedida de Zaragoza, afirmó que se iba con la satisfacción del "alto honor, probablemente inmerecido, de presidir el lugar en el que reside la soberanía del pueblo español", pero también con una "gran tristeza" por dejar el consistorio zaragozano.

Volvió a optar al Congreso y consiguió escaño en 2004, pero su partido perdió las elecciones y entonces decidió presentarla, de número dos, al Parlamento Europeo, donde ha permanecido hasta que volvió a la Cámara Baja en marzo de 2008, un escaño que ha dejado para ser investida presidenta de Aragón.

Una crisis de liderazgo en el PP aragonés y dos derrotas electorales consecutivas ante los socialistas, volvió a traerla a la política regional, a abrir una "nueva etapa" en su partido, según se ha encargado ella de repetir en muchas ocasiones.

Fue elegida primero nueva presidenta del PP, posteriormente se confirmó que iba a encabezar la lista del PP para las Cortes de Aragón y luego, aunque le costó confirmarlo, que sería la candidata a la Presidencia de Aragón.

Respetada en su partido a nivel nacional, sus compañeros en el PP aragonés dicen de ella que es una buena gestora, destacan su fama de rigurosa, su coherencia, su sentido común y su eficacia.

Ella dice de sí misma que es cariñosa y que sonríe a menudo, pero no son pocos quienes le achacan un cierto aire de altivez y ademanes demasiado rígidos.

Rudi, quien ha entrado de lleno en las nuevas tecnologías y que es la octava personalidad política de España más popular en Facebook y en Twitter, defiende la austeridad en las cuentas públicas y la reducción del aparato administrativo, y asegura que ni el PP de Aragón ni el de España apuestan por el trasvase del Ebro, por mucho que lo pidan reiteradamente sus compañeros de Valencia y Murcia.

Mostrar comentarios