Rusia y Estados Unidos intervienen para que Bakíev dimita y abandone Kirguizistán

  • Moscú.- Los presidentes de Rusia, Dmitri Medvédev, y EEUU, Barack Obama, decidieron intervenir en el conflicto civil en Kirguizistán para que el depuesto líder kirguís, Kurmanbek Bakíev, presentara hoy su renuncia y abandonara el país centroasiático.

Dimite el presidente depuesto de Kirguizistán
Dimite el presidente depuesto de Kirguizistán

Moscú.- Los presidentes de Rusia, Dmitri Medvédev, y EEUU, Barack Obama, decidieron intervenir en el conflicto civil en Kirguizistán para que el depuesto líder kirguís, Kurmanbek Bakíev, presentara hoy su renuncia y abandonara el país centroasiático.

"Medvédev ordenó al Ministerio de Defensa ruso que garantice la seguridad del vuelo de Bakíev y su familia a Kazajistán", aseguró Natalia Timakova, portavoz del Kremlin.

Bakíev, que se había refugiado en el sur del país tras ser derrocado por una revuelta popular, fue trasladado en avión militar desde la ciudad kirguís de Jalal-Abad a la kazaja de Taraz.

El portavoz de la Cancillería kazaja, Iliás Omárov, confirmó que el avión en el que viajaba Bakíev aterrizó en Taraz, pero eludió precisar si éste se exiliará en la capital de Kazajistán, Astaná, o irá a algún otro país.

Mientras, fuentes kirguíses dijeron que Bakíev planeaba viajar a Astaná, tras lo cual podría desplazarse a Letonia, donde se encuentra su hijo menor Maxím, que controlaba la economía del país, o bien a Turquía, donde éste tiene parte de sus negocios.

Seguidamente, el portavoz del Gobierno provisional, Edil Baisálov, adelantó que Bakíev había presentado su renuncia, lo que allana el camino para que las nuevas autoridades logren la legitimación internacional.

La renuncia y partida de Bakíev, que fue aupado al poder por la Revolución de los Tulipanes de 2005, fue fruto de las negociaciones llevadas a cabo por Kazajistán -actual presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)-, EEUU, Rusia y Kirguizistán, con mediación de la ONU y la Unión Europea.

La presidencia kazaja de la OSCE afirmó que la partida de Bakíev supone "un importante paso hacia la estabilización y para evitar la guerra civil en Kirguizistán".

Esa organización pidió al Gobierno provisional y a todas las fuerzas políticas kirguíses que ayuden a garantizar la estabilidad, el orden público y la legalidad y que se ocupen de los problemas económicos más urgentes que afronta ese pobre país centroasiático.

La nueva líder kirguís, Rosa Otunbáyeva, declaró que ha aceptado la partida del dirigente depuesto para "evitar un enfrentamiento civil entre el norte y el sur" del país, tras los violentos choques entre cuerpos de seguridad y manifestantes del pasado día 7 en la capital, Biskek, que causaron más de 80 muertos y unos 1.600 heridos.

La jefa del Gobierno provisional alabó a Obama, Medvédev y al presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, por haber convencido a Bakíev de que renunciara a sus ambiciones políticas y no desatara una "guerra civil".

Las nuevas autoridades, que acusaban a Bakíev de autoritarismo, abusos, nepotismo y corrupción, rechazaron las condiciones exigidas por éste para presentar su renuncia, que incluían garantías de seguridad para él y sus familiares.

Otunbáyeva, ex titular de Exteriores, ha mantenido ya consultas con el primer ministro ruso, Vladímir Putin, quien ha respaldado desde un principio a las nuevas autoridades kirguíses y ha ofrecido ayuda económica y humanitaria.

El subsecretario de Estado de EEUU, Robert Blake, afirmó por su parte en Biskek que los esfuerzos de arreglo multilaterales incluyeron consultas sobre las formas de legitimación del Gobierno provisional formado por la oposición kirguís.

"Los representantes del Gobierno son conscientes de lo importante que es legitimar su poder. He abogado por la máxima transparencia en ese asunto, por la participación del pueblo y la colaboración con la OSCE, y tengo la impresión de que sus intenciones coinciden con los estándares de la OSCE", dijo Blake.

Baisálov aseguró que las nuevas autoridades se proponen reformar la Constitución y el sistema político vigente en Kirguizistán, con el fin de otorgar mayores facultades al Parlamento, y celebrar elecciones legislativas y presidenciales dentro de medio año.

El líder ruso declaró, a su vez, que la capacidad del nuevo Gobierno kirguís de poner orden en el país, resolver los problemas económicos y celebrar comicios limpios será crucial para el futuro de sus relaciones con Rusia, según un comunicado del Kremlin.

El Gobierno provisional ha pedido apoyo político y asistencia financiera tanto a Rusia y EEUU, como a China, vecino de Kirguizistán.

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