Sánchez Gordillo, vocación de Robin Hood

  • El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha sentido desde siempre devoción por el románticamente más justiciero de los personajes literarios, Robin Hood, y la ha puesto en práctica con el asalto a dos supermercados este verano, época que él considera más propicia informativamente.

Alfredo Valenzuela

Sevilla, 8 ago.- El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha sentido desde siempre devoción por el románticamente más justiciero de los personajes literarios, Robin Hood, y la ha puesto en práctica con el asalto a dos supermercados este verano, época que él considera más propicia informativamente.

En una de las entrevistas más recientes, Gordillo acusaba al anterior presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero, de robar a los pobres para dárselo a los ricos, justo lo contrario de lo que ahora ha dicho que ha pretendido hacer organizando el asalto a dos supermercados de Arcos (Cádiz) y Écija (Sevilla), calificándolo de "expropiación de alimentos".

Si Robin de los bosques era el arquetipo del bandolero del folclore medieval inglés, Sánchez Gordillo se ha erigido en el arquetipo del político revolucionario que hasta bien avanzado el siglo XX ha iluminado las filas de la izquierda.

Su torpe aliño indumentario trasciende lo meramente machadiano para conectar con un hippismo a base de pulseras y abalorios en las muñecas, un toque de intifada con su sempiterno pañuelo palestino y cierto aire agrario a base de camisas a cuadros abiertas hasta el ombligo, como un legionario de las causas perdidas.

Sánchez Gordillo ocupaba con cierta facilidad las portadas de los periódicos nacionales, y de muchos internacionales, hace casi tres decenios con sus ocupaciones de fincas y sus marchas jornaleras sobre Sevilla, donde lo mismo ocupaba el Parlamento andaluz que uno de los accesos de la Expo 92 o la terminal del AVE, lo que le valió un día de cárcel por desobediencia al Tribunal Superior de Justicia.

Pasaron los años y no pareció dispuesto a renunciar a esa forma de "lucha", de modo que su Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y su Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) han ido protagonizando varias de las actuaciones que él mismo llama "acciones sorpresa", desde ocupaciones de la finca sevillana de Mario Conde, que concluyó con la ingesta fraternal de sendos bocadillos, a protestas en la concesión de la Medalla de Andalucía a la Duquesa de Alba.

Que es un político particular lo demuestra que está más activo cuando el resto de los políticos están más inactivos, o sea en verano, y especialmente en agosto, el mes más propicio a sus gestas reivindicativas, aunque una de sus fotografías que más circulan por internet parece tomada en invierno y se le ve con simpatizantes abertzales y una pancarta que pide el acercamiento de presos etarras al País Vasco.

Esta carrera política llena de gestos y de rasgos no deja indiferente casi a nadie, desde los seguidores que lo consideran casi un apóstol y, desde luego, el paradigma de la honestidad política, que vive como predica, a quienes creen todo lo contrario.

Entre estos últimos, desde sindicalistas de CCOO que le han reprochado que alardee de vivir con 60.000 pesetas al mes porque aspiran a algo mejor para la clase obrera, a José Bono, quien declaró en su día preferir al PP al "estalinismo de Gordillo", o una tesis doctoral de Antropología de la Universidad de Sevilla que concluía que el alcalde de Marinaleda representaba todo lo que decía combatir.

Alcalde de Marinaleda (Sevilla) desde 1982, Sánchez Gordillo ha mantenido abiertas de par en par las puertas de su Ayuntamiento todos los días del año, y sus paredes adornadas por consignas revolucionarias y semblanzas a dos tintas del Che Guevara.

Portavoz nacional de la CUT-BAI, fue fundador del SOC, actual SAT, nació en 1952 en Marinaleda, hijo de un albañil, y estudió con becas Magisterio, profesión que ejerció breves años en su pueblo, para abandonarla por el sindicalismo agrario y la política.

Como verso suelto de la izquierda es crítico con el subsidio de desempleo agrario que considera un factor de corrupción y se diferencia de sus compañeros diputados en el Parlamento andaluz, en el que ya rompió la disciplina de voto de IU-CA durante la sesión de investidura de Manuel Chaves como presidente de la Junta de Andalucía, en julio de 1994, al no votar y permitir -aunque no apoyar- la reelección de éste como presidente de la Junta.

En esta legislatura ha dado otra vuelta de tuerca a la disciplina de partido votando en contra de la investidura del presidente José Antonio Griñán, quien ha formado un Gobierno bipartito con IU, ante la mayoría del PP.

Padre de dos hijos, divorciado, unido sentimentalmente a una jornalera de su pueblo, Sánchez Gordillo ha dicho que no le importa ir a la cárcel por lo de los supermercados, y que volverá a hacerlo... tal vez porque agosto es un mes muy largo y apenas acaba de empezar.

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