Secretario de Estado para Iberoamérica ve seguras las inversiones españolas

  • El secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, ha afirmado hoy en Barcelona que las inversiones de las empresas españolas en Latinoamérica son seguras pese a los problemas jurídicos aparecidos en determinadas inversiones en Argentina y Bolivia.

Barcelona, 19 mar.- El secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, ha afirmado hoy en Barcelona que las inversiones de las empresas españolas en Latinoamérica son seguras pese a los problemas jurídicos aparecidos en determinadas inversiones en Argentina y Bolivia.

Gracia se encuentra en Barcelona con motivo de diversas reuniones con entidades en cuyo consorcio participa el Estado, como la Casa América-Cataluña y la Casa Asia, y tiene previsto reunirse con representantes de empresas con sede en Barcelona y que tienen inversiones en Iberoamérica, como Abertis, Agbar y Gas Natural.

El secretario de Estado ha recordado que España es el segundo país inversor del mundo en Latinoamérica y ha destacado que los países de la región respetan la seguridad jurídica de las inversiones extranjeras, incluidas entre ellas las españolas.

Ha asegurado que, pese a los contenciosos entre Repsol y el gobierno argentino o la anunciada nacionalización por parte de Bolivia de Servicios de Aeropuertos de Bolivia (Sabsa) -filial de Abertis y participada por AENA- en general las inversiones españolas en Latinoamérica están seguras y "el panorama es bueno".

Asimismo, ha expresado su deseo de que estos contenciosos acaben dirimiéndose con un acuerdo satisfactorio para todas las partes y que la Secretaría de Estado que representa está para ayudar en lo posible para lograr ese objetivo.

Por otra parte, ha apostado por una política exterior de refuerzo a la presencia diplomática y comercial española en países emergentes de Asia y Latinoamérica, pese al contexto general de recortes presupuestarios.

En el campo de la cooperación ha abogado por un modelo basado en la transferencia de conocimiento a los países receptores y a una colaboración con los organismos comunitarios ya existentes en esas zonas, en lugar de la tradicional ayuda basada en donación directa de recursos.

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