Para sus seguidoras más entusiastas, "Trump ha detenido la hemorragia"

"Trump ha ganado. Ha detenido la hemorragia". En Santa Monica, California, un grupo de seguidoras del candidato republicano a la presidencia se alegra por haber visto a su ídolo pasar a la ofensiva durante el segundo debate con Hillary Clinton.

Tras un fin de semana durante el cual el magnate inmobiliario fue muy criticado por sus degradantes palabras sobre las mujeres grabadas hace más de diez años, los miembros de la Asociación de Republicanos de Santa Monica respiraban algo más aliviados el domingo de noche.

"Ha dado vuelta rápidamente la página de esa grabación y apareció como muy presidencial", asegura Linda Grossman, de 60 años, desde el patio de una casa de este acomodado municipio californiano contiguo a Los Angeles.

Para Kari Czer, de 65 años, Trump estuvo esta vez mucho mejor que en el primer debate televisado entre los dos candidatos, cuando "acusó los golpes". "Esta vez comprendió que Hillary muerde en la yugular", afirma.

Instaladas en tres filas de sillas frente a un gran televisor de pantalla plana, comiendo pizzas y bebiendo refrescos o un vaso de vino, unas veinte mujeres acompañadas por unos pocos hombres asistieron a la retransmisión televisada del agresivo debate.

Aplaudieron a rabiar y lanzaron sonoros "¡Sí! después de algunas intervenciones del aspirante republicano a la Casa Blanca, y abuchearon a su rival, a la que le dedicaron varios: "¡miente!" o "¡cállate!".

En esta localidad mayoritariamente demócrata, al igual que todo el estado de California, las "trumpistas" admiten que en su entorno "no muchas personas piensan como ellas".

Lejos de renunciar a votar por Trump, como han hecho varias figuras del Partido Republicano, califican la recuperación de la grabación de 2005 de "intento de distracción" y de "hipocresía". En esa grabación Trump se ufana de abrazar a las mujeres que considera atractivas sin esperar a su consentimiento, o de agarrarles el sexo sin que protesten porque él es una celebridad.

"Para mí, se trató solo de desenterrar cosas de hace años. No votamos por el marido ideal, sino por un líder fuerte", estima Christina Lachimia, de 63 años, que trabaja en el sector inmobiliario.

"Es para mostrar la hipocresía de todo esto" que Trump llevó al debate a mujeres que acusan a Bill Clinton de haberlas agredido sexualmente, afirma.

Donna Block, una óptica de 60 años, estima que "la actitud de chico malo de Trump" está "ampliamente extendida en nuestra sociedad", y opina que es muy "hipócrita que todos se muestren tan sorprendidos".

"No creo que se trate tanto de un problema como de fingir que no se ve lo que sucede en Medio Oriente o de firmar acuerdos comerciales que no benefician a Estados Unidos", opina.

El discurso de Trump contra los refugiados musulmanes, entre los que podrían ocultarse terroristas da en el clavo, tanto en este patio como en los mítines.

"No son refugiados. No vienen de Siria, ¿no lo sabe? ¿Y por qué quieren venir a Europa o a Estados Unidos?, ¿por qué no van a Arabia Saudita?", pregunta con fuerza Rohini De Silva, una cristiana nacida en Sri Lanka.

Escribió un libro en el que afirma que "Obama es musulmán" --una convicción compartida por un buen número de republicano-- y que el islam "es una ideología político, militar y religiosa que quiere conquistar Estados Unidos después de conquistar Europa".

Kari Czer lo reconoce: "no estoy de acuerdo en todo con él, creo en particular que debería mostrar más temor a Dios". Pero esta cristiana evangelista está segura de una cosa: "Trump vencerá porque ha sido elegido por Dios para salvar a Estados Unidos".

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