Simón Peres se despide de la Casa Blanca tras longeva carrera por la paz

  • El presidente israelí, Simón Peres, que está a punto de cerrar su mandato de siete años y una carrera política de medio siglo, visitó hoy por última vez la Casa Blanca con la nota amarga de que en su longevo liderazgo aún queda lejos un acuerdo de paz con los palestinos.

Washington, 25 jun.- El presidente israelí, Simón Peres, que está a punto de cerrar su mandato de siete años y una carrera política de medio siglo, visitó hoy por última vez la Casa Blanca con la nota amarga de que en su longevo liderazgo aún queda lejos un acuerdo de paz con los palestinos.

Peres, que pondrá en julio fin a su presidencia, almorzó este miércoles con su homólogo estadounidense, Barack Obama, y se reunió con él poco después para hacer un repaso a asuntos bilaterales, en los que el proceso de paz ha quedado postergado como una posibilidad lejana.

Relegado al papel simbólico de la Presidencia, Peres se despide tras haber sido parlamentario de la Kneset durante décadas, ministro de Defensa, de Exteriores y dos veces primer ministro, puestos en los que consiguió más avances hacia la paz con los palestinos que ningún otro líder israelí.

No obstante, el premio Nobel de la Paz saldrá de la Presidencia con un proceso de diálogo roto por las diferencias entre el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y del líder palestino, Mahmud Abás, pese a la mediación del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.

Hace casi un año, Kerry se marcó un plazo de nueve meses para poner las bases de un diálogo que tropezó antes ya de empezar con el problema de la liberación de presos palestinos y la reanudación de asentamientos judíos.

"Dejaré la Presidencia pero no voy a abandonar la batalla por la paz", explicó en una entrevista publicada por el Washington Post en coincidencia con la visita de Peres, que mañana recibirá en el Capitolio la Medalla de Oro del Congreso, que se sumará a la Medalla de la Libertad que le impuso Obama hace dos años.

La última visita de Peres como presidente a la Casa Blanca se da en un momento en que las negociaciones de paz están rotas, tras el acuerdo entre Hamás y Al Fatah para crear un gobierno de unidad palestino.

Además, la situación ha empeorado con el secuestro de tres adolescentes israelíes, de lo que el gobierno israelí acusa a Hamás, que ha motivado una operación militar en Cisjordania en la que han muerto varios jóvenes palestinos.

En la reunión de hoy, Peres se desmarcó de la postura del primer ministro Netanyahu y le recordó a Obama que Abás, "también viejo y amigo mío", como explicó en sus entrevista con el Post, es un interlocutor comprometido con la paz entre Israel y Palestina.

Como ejemplo, Peres explicó que ha condenado desde un primer momento el secuestro de los jóvenes israelíes.

Recordó a Obama que el secuestro de los adolescentes israelíes es una llamada de atención sobre el aumento de las amenazas terroristas y le pidió que lidere la lucha internacional contra estas organizaciones.

No obstante, el rol de Peres no tiene el mismo peso que cuando consiguió, junto con el fallecido primer ministro Isaac Rabin y el líder palestino Yaser Arafat, firmar los históricos acuerdos de Oslo en 1993.

Peres ha visitado la Casa Blanca incontables veces y conocido a una decena de presidentes estadounidenses desde Harry Truman, por lo que entiende mejor que nadie los secretos de la relación de alianza histórica con EE.UU., en la que también existen diferencias y recelos.

El presidente nonagenario abordó este miércoles en su reunión con Obama uno de los temas de más fricción en los últimos años: el programa nuclear iraní, que pone en peligro los equilibrios de fuerza en Oriente Medio.

Peres dijo a Obama que no considera que las actuales negociaciones de los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania con Irán, que intentan limitar el nivel de enriquecimiento de uranio y ampliar las inspecciones, vayan a dar resultados al largo plazo.

Según dijo el presidente israelí a informadores de su país tras la reunión, la única solución a ese problema es que se desmonte la parte central de las instalaciones de desarrollo atómico de Irán.

Sobre la crisis en Irak, que amenaza con arrastrar al país a una guerra sectaria entre chiítas y suníes en todo Oriente Medio, Peres consideró que no es responsabilidad de EE.UU. o países occidentales intervenir en un conflicto milenario sobre quién es el legítimo heredero del profeta Mahoma.

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