Teherán negoció un acuerdo entre al-Maliki y al-Sadr, según The Guardian

  • Londres.- El Gobierno iraní ha desempeñado un papel clave en la negociación de una alianza entre Nouri al_Maliki, que aspira a un segundo mandato como primer ministro iraquí, y el clérigo radical chiíta Moqtada al-Sadr, según publica hoy el diario británico The Guardian.

Maliki visita Teherán en busca de apoyo para la formación del Gobierno iraquí
Maliki visita Teherán en busca de apoyo para la formación del Gobierno iraquí

Londres.- El Gobierno iraní ha desempeñado un papel clave en la negociación de una alianza entre Nouri al_Maliki, que aspira a un segundo mandato como primer ministro iraquí, y el clérigo radical chiíta Moqtada al-Sadr, según publica hoy el diario británico The Guardian.

El acuerdo, en el que participaron también Siria, la organización libanesa Hizbulá y las más altas autoridades del Islam chiíta, sitúa como favorito a al Maliki después de varios meses de estancamiento político y supone un revés para los intereses de Washington en la región, afirma el periódico.

Fuentes del Gobierno iraquí han dado detalles a The Guardian sobre esas negociaciones clandestinas, que comenzaron en serio los primeros días de septiembre tras la retirada por EEUU de sus unidades de combate y el vacío de poder creado por el práctico empate en las elecciones de marzo entre Al Maliki e Yhad Alaui, cuyo bloque Iraqiya logró, sin embargo, más votos que el primero.

Pocos días después de la retirada, los iraníes dijeron a Al Sadr, que vive en un exilio auto-impuesto en la ciudad iraní de Qom, que reconsiderase su posición de enfrentamiento radical a Al Maliki.

El partido de Sadr había obtenido en las elecciones más de un 10 por ciento de los 325 escaños en liza en las pasadas elecciones, lo que le convierte en árbitro de la situación.

El primero en tratar de convencerle fue el jefe espiritual del movimiento sadrista, Kazem al-Haeri, que ha sido una especie de padrino de Al Sadr desde hace quince años y a quien éste no podía decir no.

A lo largo del mes de septiembre, Al Maliki envió a Qom a su jefe de gabinete y a Abdul Halim al-Zuhari, uno de los dirigentes de su partido Dawa.

A ellos se unión, según las citadas fuentes, un dirigente de la oficina política de Hisbolá, Mohamed Hawtharani, así como el general Wassem Suleimani, jefe de las Brigadas de Al Quds de los Guardianes de la Revolución Iraní, considerado como archienemigo de EEUU.

Posteriormente, camino de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, se entrevistó en el aeropuerto de Damasco con el jefe del Estado sirio, Bashar Al-Assad.

Esa reunión, que duró dos horas, fue clave para modificar la opinión que tenía Assad de Al Maliki.

Los dos presidentes llevaban quince meses sin hablar y habían retirado a sus respectivos embajadores después de que Al Maliki acusase a Assad de dar cobijo a los terroristas que destruyeron cuatro ministerios en Bagdad.

Assad visitó a su vez Teherán el día después de que se anunciase el apoyo de los sadristas a Al Maliki, apoyo del que también se cree que participan otros dos líderes chiítas, el gran ayatolá Ali Jameini y el líder de Hisbolá, Hassan Nasralá.

Según el periódico, el jeque Nasralá exigió también la total retirada de las tropas de Estados Unidos para finales de 2011.

"Al Maliki les dijo que no ampliaría ni renovaría (las bases militares de EEUU) ni daría ningún tipo de facilidades a los norteamericanos o a los británicos después del próximo año", dijeron esas fuentes al periódico.

Esas revelaciones se producen en medio fuertes críticas a EEUU por su gestión de la crisis tras las elecciones iraquíes: en un primer momento Washington apoyó fuertemente a Al Maliki, pero luego cambió de posición y abogó por un acuerdo entre ése y el candidato laico, Iyad Alaui.

La política norteamericana en Irak ha facilitado las maniobras iraníes, según el lugarteniente de Alaui, Osama al-Nayaifi.

"Ahora (EEUU) se retiran de Irak y parece que durante el verano trataron de tranquilizar a Irán. Todo ello va a crear un desastre en la región, no sólo para Irak sino también para los intereses (de EEUU). Hemos pasado de la ocupación estadounidense a la ocupación iraní", dijo Al Nayaifi.

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