Túnez, semilla de las revueltas, es el único país en el que la revolución ha florecido

Todo arrancó un día como hoy hace cinco años. El 14 de enero de 2011, una multitud clamaba en las calles de Túnez contra el régimen del presidente Zine El Abidine Ben Ali. "Pan, trabajo, libertad y dignidad" eran las consignas que repetían hace un lustro, unas reclamaciones que persisten hoy día en las calles del país. Entonces, no se podía anticipar que ese sería el epicentro de un terremoto geopolítico que cambió el mundo árabe. Ese día, después de 23 años en el poder, Zine El Abidine Ben Ali huyó con destino a Arabia Saudí mientras en la calle los manifestantes gritaban "Ben Ali, lárgate", convirtiéndose en el primer dirigente de un país árabe en dejar el poder por la presión de las revueltas.

Un lustro después, Túnez es considerado un superviviente de la Primavera Árabe, ya que pese a la violencia y el asesinato de opositores, el país puede jactarse de haber gestado una transición a la democracia tras el derrocamiento de Zine El Abidin Ben Alí.

"Túnez es la gran esperanza en el mundo árabe, lleno de guerra" cuenta a este medio el profesor Iganicio Álverz Ossorio, profesor de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad de Alicante y Coordinador de Oriente Medio y Magreb en la Fundación Alternativas, "a pesar del terrorismo", dice el experto, ha florecido la democracia.

Tras la caída de Ben Ali, también lo harían los regímenes deHosni Mubárak, en Egipto, y deMuamar Gadafi en Libia, que estaban en el poder desde hace 30 y 40 años, respectivamente. El primero dejó el poder tras una revuelta que dejó 850 muertos y el segundo fue derrocado tras un levantamiento en Bengasi, con la intervención de la OTAN. En Siria, el presidente Bashar al Asad reprimió duramente las protestas antigubernamentales, generando una revuelta que se convirtió enguerra civil con un balance de 260.000 muertos y millones de desplazados.¿Por qué en Túnez triunfó la primavera árabe?

¿Por que en Túnez triunfó la primavera árabe? Existen algunos elementos claves: "se trata de un país pequeño, con poca población, en el que existe arraigada clase media así como una sociedad civil bien articulada", explica el profesor. Además, no tiene una importante situación geoestratégica, ya que está alejada de países como Arabia Saudí o Irán.

Sin embargo, el aniversario se ve empañado por el clima de descontento que existe en el país, debido a que persisten el desempleo, la pobreza y la exclusión social, males que habían motivado la revolución desencadenada por la inmolación del vendedor ambulante Mohamed Buazizi, el 17 de diciembre de 2010.

Respecto a la situación política, Ignacio Álvareza Ossorio destaca que "hay una fractura entre los sector laicos y religiosos", explica el experto. A principios de esta semana, una veintena de parlamentarios del primer partido del país,Nidá Tunis("La llamada de Túnez) dimitieron ante el temor de que el hijo del Presidente y líder de esa formación,Beji Caid Essebdi, se hicieran con las riendas del poder.

Estas dimisiones han convertido al partido islamistaEnnahdaenfuerza mayoritaria en el Parlamentoaunque, a corto plazo, no parece que se vaya a derrumbar la coalición gubernamental que integran ambas formaciones.

Además, el terrorismo yihadista amenaza el cambio de régimen. "Túnez es el principal exportador de yihadistas a Siria. Entre 3.000 o 5.000 están luchando en el páís y se calcula que alrededor de 600 ha retornado, lo que supone un gran amenaza para la estabilidad del país."

Preguntado por los que opinan, que la situación en los países árabes era mejor bajo la gobernaza de Ben Ali, Mubarak o Gadafi, el experto asegura que esa lectura "es errónea porque mientras que ellos estuvieron en el poder durante décadas evitaron que las sociedades vivieran bajo democracia por lo que son responsables de la inestabilidad actual", concluye.

Aún así, cinco años después Túnez es el único país que se salvó de la debacle de la Primavera Arabe. El país logró que prevaleciera el consenso, gracias en particular al papel del cuarteto para el diálogo nacional, formado por la Liga Tunecina de los Derechos Humanos (LTDH), la central sindical Unión General del Trabajo (UGTT), la organización patronal Utica y la Orden Nacional de Abogados, que en 2015 recibió el Nobel de la Paz. "Estamos orgullosos de la excepción tunecina que deslumbró al mundo. Túnez rompió, sin posibilidad de retorno, con el autoritarismo y la tiranía", insiste el primer ministro Habib Essid en un comunicado, el día en el que país celebra vivir, aunque sea débil, en democracia.