Un ejército de policías para arrebatar Mosul a los yihadistas

  • La toma de Mosul, la segunda ciudad de Irak, por el Estado Islámico (EI) obligó a miles de policías a escapar hacia la cercana región del Kurdistán para evitar una muerte casi segura a manos de los yihadistas. Ahora comienzan a reorganizarse para formar un Ejército con el recuperar su ciudad perdida.

Yaser Yunis

Mosul (Irak), 9 nov.- La toma de Mosul, la segunda ciudad de Irak, por el Estado Islámico (EI) obligó a miles de policías a escapar hacia la cercana región del Kurdistán para evitar una muerte casi segura a manos de los yihadistas. Ahora comienzan a reorganizarse para formar un Ejército con el recuperar su ciudad perdida.

A unos 25 kilómetros al norte de Mosul, en un campamento recién levantado por las autoridades iraquíes, fuera del alcance del EI, se han reunido un gran número de oficiales y agentes de policía huidos de los extremistas.

Su formación ya ha sido bautizada como "Fuerza de Liberación de Mosul", precisó a Efe el gobernador de la provincia de Nínive, Azil al Nuyaifi, quien también explicó que el primer objetivo es recuperar la ciudad, en la que viven casi dos millones de habitantes, y que fue ocupada por el EI el 10 de junio pasado.

El cuartel se inauguró hace menos de una semana y ya alrededor de mil policías, entre ellos altos oficiales, se encuentran en las instalaciones listos para comenzar su preparación.

Yazidíes, cristianos, kurdos, turcomanos, shabak y árabes iraquíes están dispuestos a unir sus fuerzas para "recuperar la paz" en la que vivían en su territorio antes de que los yihadistas irrumpieran en sus vidas, prometió Al Nuyaifi.

"Es la mezcla natural de la provincia", declaró el gobernador, asegurando que todos "combatirán hombro con hombro con sus hermanos" para acabar con el EI porque "su enemistad compartida" hacia ese grupo yihadista "los unirá en una lucha común".

Muchos de los futuros combatientes conocen de cerca al EI ya que cayeron en manos de la milicia fundamentalista cuando esta tomó Mosul a mediados de junio y fueron obligados a "arrepentirse" ante el líder del EI, el 'califa' Abu Bakr al Bagdadi.

A cambio, teóricamente, se les permitía volver sanos y salvos con sus familias y vivir bajo la interpretación radical de la ley islámica que el EI estableció en las zonas de Irak y Siria bajo su control, pero muchos dicen que fue apenas un espejismo.

Los extremistas localizaron a decenas de policías, incluyendo a los "arrepentidos" para ejecutarlos sin miramientos, denuncian los supervivientes.

Desde la apertura del cuartel, cientos de personas han acudido voluntariamente para aportar su fuerza a la liberación de Nínive, la provincia fértil del norte de Irak cuya capital es Mosul.

Ahmed Habash, de 32 años, relata a Efe cómo "los criminales" del Estado Islámico fueron a preguntar por él a su casa en uno de los barrios de Mosul, aunque él se las arregló para escapar tras dejar a su familia en un lugar seguro.

"Aproveché la noche para huir a pie hasta llegar a la provincia de Kirkuk y después crucé hacia (la región autónoma de) el Kurdistán para unirme al campamento", relató.

Habash dejó su trabajo como policía hace unos años tras sufrir una lesión en una pierna por la explosión de una bomba junto a la patrulla en la que viajaba, pero ahora ha decidido aportar sus conocimientos para recuperar su ciudad: Mosul.

"El EI ha destruido nuestra ciudad, que tiene un legado cultural e histórico importante, y ha matado y derramado la sangre de nuestros hijos, por eso debemos expulsarlos hasta del último centímetro del país", declaró el agente.

Por su parte, el gobernador de Nínive agradeció "cualquier ayuda" dirigida a liberar la provincia "sin importar su procedencia", ya sea de los "peshmergas" kurdos o de clanes tribales.

"Todos son fuerzas iraquíes que Nínive necesita en esta crisis", insistió, aunque hizo hincapié en la gran falta de apoyo financiero y armamentístico.

El Ministerio del Interior iraquí apoyará a los policías que se unan a esta fuerza y les pagará sus sueldos, y además, les entregará el armamento necesario para enfrentarse al EI, según Al Nuyaifi.

Se espera que unos 4.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes de la provincia de Nínive se unan a la nueva formación, comunicó la gobernación, que aseguró que designará a un director provincial de la Policía.

Esam Nayib, de 38 años, también sobrevivió a una muerte segura después de ser arrestado una noche por los yihadistas que irrumpieron en su casa.

"Fue un milagro. Logré escapar de sus garras herido de bala, pues me habían disparado cuando salí corriendo", cuenta todavía invadido por la sorpresa.

Nayib también había mostrado su arrepentimiento, al igual que Habash o decenas de sus compañeros, pero ante su abrupta detención temió por su vida y decidió escapar.

Ahora asegura estar preparado para morir por la ciudad que le vio nacer y se encuentra en este campamento bajo la promesa de "no parar hasta liberar Mosul, hasta que la paz sea posible porque, desde que entraron los terroristas, se vive una situación trágica".

"La batalla va a ser difícil, pero los iraquíes tienen experiencia en la guerra", sentenció a Efe Abdul Karim, un oficial retirado de 52 años dispuesto a volver al combate.

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