Un líder iraní dice que amenazas occidentales perjudican el diálogo nuclear

  • Occidente no conseguirá nada de Irán en un ambiente de amenaza y presión en las previstas negociaciones sobre el programa nuclear iraní entre Teherán y el Grupo 5+1, afirmó el líder del Parlamento de Teherán, Ali Lariyani, según la agencia local Mehr.

Teherán, 7 mar.- Occidente no conseguirá nada de Irán en un ambiente de amenaza y presión en las previstas negociaciones sobre el programa nuclear iraní entre Teherán y el Grupo 5+1, afirmó el líder del Parlamento de Teherán, Ali Lariyani, según la agencia local Mehr.

"Si siguen por el mismo camino de presión, intimidación y amenaza, no conseguirán nada, porque nadie puede obtener concesiones de Irán mediante la amenaza", reiteró Lariyani, un ultraconservador islámico cercano al líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, reelegido como diputado en los comicios del pasado viernes.

Las declaraciones de Lariyani se producen después de que ayer la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, respondiera favorablemente a la carta que le remitió el pasado 14 de febrero el jefe negociador iraní, Said Jalili, en la que Teherán se mostraba dispuesto a retomar el diálogo, como ella había ofrecido meses antes.

"En nombre de China, Francia, Alemania, Rusia, Reino Unido y EEUU (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) he ofrecido retomar las negociaciones con Irán sobre la cuestión nuclear", indicó en un comunicado Ashton, coordinadora del G 5+1, sin precisar fecha y lugar.

Se producen también después de que, el pasado lunes, se reunieran en Washington el presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para tratar sobre el programa nuclear de Irán, que creen que tiene fines armamentistas.

Mientras Obama dijo que esperaba resolver el conflicto nuclear con Irán por la vía diplomática, aunque dejó abierta la posibilidad de acciones militares, Netanyahu apuntó que su intención es atacar territorio iraní para frenar su programa atómico.

También el lunes, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, dijo en Viena que siguen "seriamente preocupada" por la posible faceta militar del programa atómico de Irán, en medio de una disputa con Teherán sobre la inspección de una base militar.

Lariyani, que fue jefe negociador de Teherán en materia atómica, reiteró que no tienen aspiraciones militares en su programa nuclear, que Teherán asegura que es civil y pacífico, y afirmó que los países occidentales, con EEUU a la cabeza, "saben que Irán no pretende fabricar armas nucleares".

Según él, con su insistencia y amenazas los occidentales pretenden "debilitar el muro del progreso iraní y dañar su reputación entre los países islámicos".

También acusó a los países occidentales de hipocresía y de utilizar un doble rasero al "hacer caso omiso a la posesión de armas nucleares por el régimen sionista (Israel) y ciertos países de la zona porque son aliados de Occidente".

Lariyani, un "principalista" islámico enfrentado con el presidente del país, Mahmud Ahmadineyad, consiguió la reelección como diputado en la ciudad santa de Qom, donde se encuentran los clérigos y seminarios más destacados del régimen teocrático musulmán chií de Irán.

Los principalistas, que acusan al Gobierno de Ahmadineyad de ineficacia y lo relacionan con casos de corrupción, además de que califican a su entorno de desviacionista y de poner en duda la primacía religiosa en el régimen, han obtenido, según datos provisionales, tres cuartas partes de los escaños del nuevo Parlamento.

En estas circunstancias, en una situación de debilidad que puede hacer que el año y medio que le queda en la Presidencia le resulte muy difícil, Ahmadineyad, cuyo Gobierno ha mostrado una actitud amable de cara a las reuniones con el G 5+1, podría tener problemas dentro del país y aún más tensiones en sus relaciones exteriores.

El pasado 13 de julio, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, propuso una aproximación "paso a paso" de Irán con el OIEA y el G 5+1, en la que Teherán avanzaría en la vía propuesta por la comunidad internacional, lo que llevaría aparejada la reducción gradual de las sanciones al país, un plan bien vito por los iraníes.

Los representantes iraníes y del G 5+1 se han reunido previamente en Ginebra y Estambul en diciembre de 2010 y enero de 2011, sin alcanzar resultados.

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