Una bomba explota junto a hotel de observadores en Siria en medio de combates

  • Una bomba explotó hoy junto al hotel de los observadores de Naciones Unidas en Damasco, una acción reivindicada por los rebeldes sirios, que libraron también fuertes combates con el Ejército cerca de la sede del Gobierno.

El Cairo, 15 ago.- Una bomba explotó hoy junto al hotel de los observadores de Naciones Unidas en Damasco, una acción reivindicada por los rebeldes sirios, que libraron también fuertes combates con el Ejército cerca de la sede del Gobierno.

A primera hora de la mañana, un artefacto explosivo estalló cerca del hotel "Dama Rose", que sirve de alojamiento a los observadores internacionales desplegados en Siria, cuya misión termina el próximo 19 de agosto y hay dudas sobre su renovación.

La bomba, que causó cinco heridos, fue colocada en un camión cisterna con gasoil detrás del citado edificio en la exclusiva calle Abu Rumaneh, donde se ubican embajadas de países occidentales y árabes, a unos metros de la sede del Estado Mayor sirio.

El viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Maqdad, visitó la zona, donde se registraron algunos daños materiales y una gran humareda, y calificó la explosión como un "acto terrorista" que busca "desestabilizar" el país.

Maqdad señaló que los miembros de la misión de la ONU estaban en buen estado de salud, lo que fue confirmado por un portavoz de la ONU en Ginebra.

Desde su llegada a Siria el pasado abril, los observadores se han visto afectados por la violencia, lo que les llevó a suspender su labor y reducir a la mitad el contingente inicial de 350 militares desarmados.

El rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) reconoció su responsabilidad en la explosión y precisó que su objetivo no eran los observadores, sino un grupo de oficiales leales al régimen, según explicó a Efe el consejero de comunicación de la Comandancia del ELS, Fahd al Masri.

En su página de Facebook, los rebeldes indicaron que la explosión ocurrió mientras se celebraba un reunión de oficiales de alto rango en la sede del Estado Mayor.

Durante la explosión se encontraba en Damasco la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valérie Amos, quien se reunió hoy con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Moalem.

Amos y Al Moalem analizaron, según la agencia siria Sana, fórmulas para garantizar y ampliar el suministro de ayuda humanitaria en el país.

En los últimos meses, la capital siria ha sido escenario de explosiones de las que el régimen responsabiliza a grupos terroristas, como denomina a los rebeldes, con los que también se ha enfrentado en algunos barrios.

Precisamente hoy, se registraron combates cerca de la sede del Gobierno y de la embajada de Irán, uno de los principales aliados del régimen de Bachar al Asad, ambos edificios situados en el barrio de Mazzeh.

Desde Damasco, el activista de la red "Sham" Suhaib al Qasem indicó a Efe por teléfono que los efectivos de seguridad de la embajada intervinieron para defender el edificio.

El pasado 18 de julio, los rebeldes sirios atentaron contra la sede de la Seguridad Nacional en Damasco, lo que causó la muerte a los entonces ministro y viceministro de Defensa, los generales Daud Abdelá Rayiha y Asef Shaukat, respectivamente, además de a un asistente presidencial.

Desde entonces, las fuerzas del régimen han redoblado su ofensiva en puntos como la ciudad de Alepo (norte), capital económica del país que se ha visto sometida a bombardeos y enfrentamientos armados entre ambos bandos.

Las fuerzas gubernamentales volvieron hoy a bombardear varios barrios de Alepo como Seif al Daula, Al Sokari y Salahedin, feudos de los opositores donde también se registraron choques.

En la provincia homónima, varias decenas de personas murieron en la localidad de Azaz por los bombardeos aéreos efectuados por el régimen, que afectaron también a once libaneses secuestrados allí supuestamente por los rebeldes del ELS.

El activista Hazem al Azizi, residente en Azaz, dijo a Efe por teléfono que los muertos ascienden a 40 y que el bombardeo de los cazas del Ejército destruyó varios edificios.

Esta nueva masacre coincide con la publicación hoy de un informe de la ONU en el que se responsabiliza a las fuerzas del régimen sirio y a los "shabiha" (milicia progubernamental) de la matanza en la localidad de Hula, donde en mayo pasado perecieron un centenar de civiles.

Mientras, en los alrededores de Damasco, las fuerzas fieles a Al Asad bombardearon la localidad de Al Tal en un intento de controlarla después de varios días de ofensiva.

Otros actos de violencia se registraron en provincias como Latakia (norte), Idleb (norte), Homs (centro) o Deir al Zur (este), según los grupos opositores, que elevaron la cifra de víctimas mortales en todo el país a más de un centenar.

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