Valenciano pregunta a garcía-margallo qué tiene trillo de "persona extraordinaria"


La portavoz del PSOE en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, Elena Valenciano, preguntó hoy al ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, qué tiene de "persona extraordinaria" el nuevo embajador en Londres, Federico Trillo, para cumplir el requisito que iba a exigir a los embajadores políticos y no diplomáticos.
Ésta fue una de las objeciones que formuló Valenciano a la intervención de García-Margallo ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, pese a garantizarle el apoyo del PSOE en este ámbito por considerarla una política de Estado que merece "una oposición más útil que la del PP" en la anterior legislatura.
Otra crítica velada vino a cuenta de Gibraltar, al alertar al ministro de que su apuesta por retomar las conversaciones sobre soberanía pueden llevarle a "un callejón sin salida" y a tener que "cerrar el dossier en cinco minutos" sin haber conseguido ningún avance, porque el Reino Unido previsiblemente rechazará cualquier reivindicación española.
La portavoz del PSOE también dio la bienvenida a García-Margallo a una posición de flexibilidad respecto a Cuba como la que defendió el ministro, matizando la oposición drástica del PP en la pasada legislatura.
Por último, sobre ayuda al desarrollo, Valenciano preguntó si la supresión de organismos dedicados a ella supone "otro recorte más ideológico que económico", advirtiéndole del peligro que supone perder los votos de África para sostener la candidatura de España a ser miembro rotatorio del Consejo de Seguridad de la ONU.
Desde CiU, Jordi Xuclá apoyó también la voluntad de consenso del ministro y su apuesta por poner uno de los acentos de la política exterior en la ayuda a las empresas españolas. Pero también le recordó su deber de defender los intereses de las comunidades autónomas en el exterior y, entre ellas, las lenguas cooficiales.
"OBSESIÓN CONTABLE"
Al contrario, en nombre de UPyD, Irene Lozano le pidió que distinga entre los intereses de España y los de las empresas españolas, lamentó la "obsesión contable" de la UE que la está llevando, dijo, a centrarse en el ámbito económico convirtiéndose en "políticamente irrelevante".
Además, anunció una proposición no de ley para que España tome un papel activo en la resolución del conflicto del Sahara e ironizó sobre la inutilidad de formar en valores democráticos a funcionarios cubanos, que tendrán que "desaprenderlos" para obtener un puesto en el Gobierno.
La posición del PNV la fijó Josu Erkoreka, quien, tras una larga alegoría en la que describió la política exterior española como la táctica de supervivencia de un niño en la escuela rodeado de compañeros de cuadrilla, vecinos, niños ricos y niños fuertes, lamentó la corrección diplomática del ministro en temas como Guinea Ecuatorial y el Sahara, respecto al cual vaticinó que su apego sin más a las resoluciones de la ONU augura que España no hará nada al respecto.
La de Izquierda Plural la estableció Joan Josep Nuet, quien detectó giros de 180 grados en las posiciones de García-Margallo sobre las tradicionales del PP, y afirmó que, si las mantiene, se convertirá en "un quijote" dentro del partido.
Además, denunció que Europa está dejando de ser Europa con el desmantelamiento del Estado de bienestar, e interpretó que ahora no existe una Posición Común de la UE respecto a Cuba. En relación a Marruecos, le exigió que, sin llegar a "un nuevo Perejil", España se muestre exigente en la reivindicación de los derechos humanos, por antonomasia de los saharauis. Por último, reiteró la posición de su formación contraria a la OTAN y la base de Rota.
Por el Grupo Mixto hablaron Carlos Salvador, portavoz de UPN, y Jon Iñarritu, de Amaiur. El primero respaldó las intenciones del ministro en materia económica y de representación exterior, mientras que el segundo defendió la autodeterminación de los pueblos, en general y en los casos particulares de Gibraltar y el Sahara Occidental.
Finalmente, en nombre del Grupo Popular, José María Beneyto describió el programa del ministro como "ambicioso y realista", necesario para superar las "posiciones ideológicas anquilosadas" de José Luis Rodríguez Zapatero y recuperar para España un lugar en el mundo. En especial, destacó la reforma del Servicio Exterior y la apuesta por la "diplomacia inteligente", con vertientes económica y cultural en favor de la "marca España".

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