Pedro e Isabel están acusados de asesinato. Son los hijos de Ángela, la mujer octogenaria cuyo cuerpo estaba emparedado dentro de un armario tapiado con cemento en su casa de Pozondón (Teruel). Los vecinos empezaron a echarla de menos, pero cuando preguntaban a los hijos "daban respuestas incoherentes", declara el alcalde de esta localidad con menos de 40 habitantes. El hijo habría declarado ya que asfixió a esta mujer que padecía reducida movilidad, estaba ciega y tenía demencia senil.
Los vecinos fueron los que empezaron a dar la voz de alarma. No recordaban la última vez que habían visto a Ángela. Ayer la Guardia Civil se presentó en su casa a las nueve de la mañana. Los hijos no opusieron resistencia. Encontraron su cuerpo. Un día después, en la reconstrucción de los hechos, la hija que se dedicaba a cuidarla no habría parado de llorar. Pedro, el hijo, colaboraba de vez en cuando con el ayuntamiento pero eran trabajos esporádicos. Ambos habrían estado meses viviendo de la pensión de su madre.
Ahora la autopsia determinará las causas de la muerte de la anciana, de unos 90 años de edad. El caso se encuentra bajo secreto de sumario. Mientras en el pueblo viven consternados sin dar crédito a lo sucedido. Una vecina asegura ante las cámaras que intentó ir a verla pero los hijos le comentaron que era su madre la que no quería ver a nadie.
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