Víctima recuerda que candidato a embajador de Paraguay defendió la dictadura

  • El chileno Alejandro Mella Latorre, secuestrado por la Policía de Paraguay y encarcelado durante casi nueve años durante la dictadura, dijo hoy a Efe que el candidato a embajador en Perú, Luis González Arias, era el encargado de negar ante la ONU las violaciones de derechos perpetradas por el régimen.

Asunción, 28 ago.- El chileno Alejandro Mella Latorre, secuestrado por la Policía de Paraguay y encarcelado durante casi nueve años durante la dictadura, dijo hoy a Efe que el candidato a embajador en Perú, Luis González Arias, era el encargado de negar ante la ONU las violaciones de derechos perpetradas por el régimen.

González Arias, propuesto por el Gobierno paraguayo para el cargo en Lima, fue embajador de su país en Naciones Unidas (1977-1983) y en Argentina (1983-1986) durante el régimen autoritario de Alfredo Stroessner (1954-1989).

"Fue un instrumento de defensa de la dictadura ante las Naciones Unidas, él decía que era un vehículo para entregar información, pero siempre hizo una defensa apasionada de la dictadura", declaró Mella Latorre, quien es periodista.

La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Paraguay dictaminó el miércoles a favor del nombramiento de González Arias como embajador en Perú, pese al rechazo de los grupos de defensa de los derechos humanos.

Su candidatura deberá ser aprobada o rechazada la próxima semana en el pleno del Senado.

Mella Latorre, reconocido por el Estado paraguayo como víctima por el encarcelamiento y las torturas a las que fue sometido, dijo que González Arias es conocido en Paraguay por ser el "pregonero de la necesidad de un 'Gobierno fuerte' y de la frase 'antes éramos más felices' en referencia a la dictadura.

"Él era el encargado de negar las evidencias sobre presos políticos cuando Amnistía Internacional o la ONU pedían información, negaba la tortura. Lamentablemente acá priman las lealtades", añadió.

El miércoles en la sesión de la Comisión, González Arias justificó su trabajo como diplomático durante el régimen militar.

"Nunca actué como soplón o informante", dijo a la prensa después de la sesión, tras detallar que se limitó a cumplir de mensajero entre el Gobierno de Stroessner y la ONU cuando esta organización solicitaba información sobre los derechos humanos en Paraguay.

"Yo pasaba al Gobierno los pedidos de la ONU y viceversa. Si no manteníamos el diálogo era peor", dijo.

Las principales asociaciones de víctimas de la dictadura enviaron el 21 de agosto una carta al ministro de Relaciones Exteriores, Eladio Loizaga, mostrando su indignación y rechazo por la intención de nombrar a González Arias como embajador en Perú.

"Ha sido uno de los pilares del cuerpo diplomático de la oscura dictadura de Stroessner, justificando ante la comunidad internacional por aquellos años los graves crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen", reza la misiva del Movimiento Nacional de Víctimas y la Asociación de Sobrevivientes.

La carta afirma que si se produce su nombramiento será "una afrenta más a las víctimas de la dictadura y una nueva confirmación del rumbo que ha tomado la política interna e internacional de este Gobierno, que desprecia los Derechos Humanos la lucha por la democracia y la justicia social".

"Figuras del stronismo y la represión han sido reivindicados y ubicados en puestos claves del Gobierno de Horacio Cartes", según la carta.

La acusación es compartida también por Martín Almada, quien aseguró a Efe que la colaboración de González Arias en las actividades represivas de la dictadura está probada en los Archivos del Terror, tres toneladas de documentos que detallan las atrocidades del régimen de Stroessner.

Almada, que descubrió en 1992 esos archivos, fue una de las voces que el pasado año se opusieron a la designación de Alfredo "Goli" Stroessner, nieto del fallecido dictador, como embajador en Naciones Unidas, que finalmente no se materializó.

La Comisión de la Verdad y la Justicia, en un informe de 2008, documentó 425 ejecutados o desaparecidos, casi 20.000 detenidos y 20.814 exiliados durante la dictadura de Stroessner.

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