Vigencia del sistema interamericano centrará cumbre continental de Defensa

Montevideo, 4 oct.- La vigencia del sistema interamericano será uno de los puntos centrales de la X Conferencia de Ministros de Defensa de América, que reunirá la próxima semana en Punta del Este (Uruguay) a delegaciones de 29 de los 34 países adheridos al foro, afirmó hoy el viceministro uruguayo del ramo, Jorge Menéndez.

En una entrevista con Efe Menéndez detalló que los otros ejes temáticos de la reunión serán la seguridad hemisférica, los desastres naturales y las misiones de paz.

La cumbre tendrá lugar del lunes al miércoles en Punta del Este, a unos 140 kilómetros al este de Montevideo, y contará con la presencia de los secretarios de Estado de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, y de Canadá, Peter MacKay, entre otros "ministros de los países que tienen más relevancia en el continente".

También estarán sus homólogos de Brasil, Celso Amorim; Argentina, Arturo Puricelli; Chile, Andrés Allamand; Ecuador, Rodrigo Carvajal; Colombia, Juan Carlos Pinzón; Perú, Jaime Thorne; Paraguay, María Liz García, y Uruguay, Eleuterio Fernández Huidobro.

Menéndez explicó que uno de los países participantes en la conferencia, cuya identidad no reveló, propuso en una reunión preliminar que fuera invitada Cuba a la cumbre aunque la iniciativa no prosperó porque "el reglamento no lo permite".

Cuba no participa en estos encuentros porque fue suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1962, precisamente en una cita continental en Punta del Este.

La ausencia de la isla en la última Cumbre de las Américas, celebrada en abril pasado en Cartagena de Indias (Colombia), impidió que se lograra el consenso necesario para emitir una declaración final, pues muchos países no acudieron al encuentro en protesta porque la nación caribeña sigue excluida por la posición de EE.UU.

Menéndez agregó que otra de las naciones participantes en la conferencia ministerial de la semana entrante, cuyo nombre tampoco dio, sugirió a su vez invitar al Reino Unido, opción rechazada por los mismos motivos y que también amenazaba con complicar la cita por el conflicto con Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas.

No obstante, ese contencioso sí será debatido en Uruguay, concretamente en una comisión ad hoc creada para la ocasión.

Al encuentro no asistirá el titular de Defensa de Venezuela, Henry Rangel Silva, por la proximidad de la elección presidencial que allí se celebrarán este domingo, cuyo resultado también será mirado de reojo por los presentes en Punta del Este, como otras cuestiones de la actualidad mundial.

Entre ellas, "otros hechos muy lamentables, que son guerras, invasiones, dificultades internas propias de países de otras partes del mundo", relató Menéndez, perteneciente al bloque oficialista de izquierdas Frente Amplio.

Afganistán, Libia, Corea del Norte e Irán son asuntos que también pueden entrar a debatirse porque, según el funcionario, "la agenda es abierta y cada país podrá hacer su apreciación sobre la defensa del hemisferio y las repercusiones que en el hemisferio tienen hechos de carácter global".

Menéndez aclaró que no está prevista en principio una reunión del Consejo de Defensa de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) y que la seguridad en esa región será analizada desde el punto de vista de la protección de sus recursos naturales.

"Sabemos que el futuro, y no hablo de cientos de años sino muchos menos, tendrá tal vez luchas o conflictos que tienen que ver con esa realidad", advirtió, aunque luego aclaró que el objetivo de Suramérica no es por ahora crear una "OTAS, una Organización del Tratado Atlántico Sur" (en una referencia crítica a la OTAN).

Para Menéndez la visión de que existe una carrera armamentística en Suramérica está "un poco sobredimensionada" si se compara con otras zonas del mundo, pero tal vez la región tenga que "defender conjuntamente la riqueza de sus recursos naturales, cuando esos momentos, esperemos que no lleguen, puedan ser cercanos".

La anterior Conferencia de Ministros de Defensa de América se celebró en la ciudad boliviana de Santa Cruz en 2010 y estuvo marcada por la propuesta no aceptada del presidente anfitrión, Evo Morales, de rechazar los supuestos "complots" de EE.UU. en Venezuela (2002), Bolivia (2008), Ecuador (2010) y Honduras (2009).