Wulff no piensa en dimitir, sino en volverse a ganar confianza de alemanes

  • El presidente alemán, Christian Wulff, insistió hoy en Berlín en que no piensa dimitir tras verse implicado en un escándalo de presunta financiación irregular, pero reconoció que debe volver a ganarse la confianza de los ciudadanos.

Berlín, 22 ene.- El presidente alemán, Christian Wulff, insistió hoy en Berlín en que no piensa dimitir tras verse implicado en un escándalo de presunta financiación irregular, pero reconoció que debe volver a ganarse la confianza de los ciudadanos.

En una mesa redonda organizada por el periódico "Die Zeit", Wulff admitió ante el editor de la publicación, Josef Joffe, que su reputación se ha visto afectada a raíz de la difusión de informaciones sobre los supuestos favores que obtuvo por parte de empresarios cuando era jefe de Gobierno de Baja Sajonia (noroeste).

"Mi tarea consiste ahora en recuperar esa confianza" de los ciudadanos, indicó el presidente alemán, que milita en la Unión Cristianodemócrata (CDU), de la canciller Angela Merkel.

Además, se mostró "dispuesto" a declarar "ante el gobierno regional" de Baja Sajonia "y la fiscalía federal" para aclarar todos los asuntos de los que se le ha acusado en la prensa, especialmente desde el populista "Bild", el periódico de mayor tirada de Alemania.

No obstante, agregó que "hasta el momento no hay ninguna acusación en mi contra" en los tribunales y, aunque evitó cualquier crítica a la prensa, advirtió sobre una "exagerada" intromisión en la "esfera privada" de los políticos.

Desde mediados de diciembre, Wulff es un asiduo de las portadas de los diarios alemanes debido a la publicación de un reguero de presuntos casos de financiación irregular y amiguismo en su entorno político.

Entre ellos destaca la concesión de un crédito a Wulff por parte de un amigo empresario en condiciones mucho más favorables que las del mercado y la financiación por parte de compañías y particulares de vacaciones de lujo para el político y de acciones de sus campañas electorales.

Además, esta semana la justicia alemana ha acusado de un presunto delito de corrupción a su ex portavoz Olaf Glaeseker, que dejó el cargo en diciembre nada más destaparse el primer escándalo.

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