A principios de julio, el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el exministro de Defensa y expresidente del Congreso, José Bono, y el extitular de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se reunieron en Malabo, invitados por el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, para presentarle una iniciativa contra la pena de muerte. Sin embargo, una vez allí este objetivo fue truncado.
Según el exportavoz de ASODEGUE (Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial), los motivos por los que los tres exaltos cargos gubernamentales españoles fueron de visita a Guinea Ecuatorial iban más allá de una finalidad humanitaria. En su opinión, Zapatero, Moratinos y Bono estaban allí "de viaje de negocios".
Tras la reunión con el expresidente español, el Gobierno ecuatoguineano emitió un comunicado en el que no existía ninguna referencia a la pena de muerte. En él se explicaba que Zapatero había hablado con Obiang de "la necesidad de reforzar los lazos de amistad y cooperación" entre ambos países y del desarrollo de la Cumbre de la Unión Africana celebrada recientemente en Guinea y que contó con la participación "activa" del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy.
Tanto Bono como Moratinos han estado en varias ocasiones de visita en Guinea Ecuatorial. Para Zapatero era su primera visita. Según El Confindencial, Bono y Moratinos actúan como lobbistas para ayudar a que compañías de nuestro país se implanten en Guinea. Este mismo diario afirma que, incluso, cobran por ello.
Cuando se preguntó al expresidente del Gobierno si este había sido el propósito de su viaje, lo negó rotundamente. Sin embargo, no se pronunció sobre si iba a tomar esta vía en un futuro.
En Guinea Ecuatorial no existen en la actualidad grandes contratas en licitación -prácticamente todos los proyectos de envergadura están en manos de empresas norteamericanas, que firmaron en su día contratos de larga duración- pero existen todavía algunas oportunidades en el sector de la construcción que interesan, entre otras, a constructoras, pero sobre todo son pymes las compañías españolas que miran a Guinea.
Guinea Ecuatorial y Cuba son los dos únicos países de habla hispana que mantienen en su legislación la pena capital.
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