Un futuro sin humo con ayuda de la ciencia y la regulación

Los distintos gobiernos en Europa y el resto del mundo buscan alternativas para reducir el impacto negativo del tabaquismo en la salud pública.

Se estima que en 2025 habrá todavía 1.000 millones de fumadores en el mundo, según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este estancamiento en las cifras demuestra que las medidas tradicionales de control del tabaquismo no están teniendo toda la eficacia que se esperaba a la hora de reducir el número de fumadores. Por ello, es necesario potenciar soluciones innovadoras para reducir drásticamente ese número.

Más allá del humo, con la evidencia científica

Aunque los productos libres de humo están sujetos a fuertes restricciones en algunos países, cada vez son más gobiernos los que apuestan por ellos, reconociéndolos como mejores alternativas al cigarrillo para los fumadores adultos que no dejan el hábito.

Así, estos gobiernos están complementando las medidas tradicionales de control del tabaquismo (de prevención y cesación) con un enfoque innovador de reducción del daño, ofreciendo a los fumadores adultos, que de otro modo continuarían fumando, alternativas sin humo científicamente validadas para que dejen de consumir cigarrillos.

Países como Estados Unidos, Nueva Zelanda o Reino Unido, entre otros, ya recurren a otras alternativas menos dañinas al cigarrillo convencional en sus estrategias de control del tabaquismo, para los casos en los que no sea posible dejar de fumar.

El caso británico

En 2019, el gobierno estableció el objetivo de que Inglaterra estuviera libre de humo para 2030, lo que significa una reducción de la población fumadora al 5% para esa fecha. Para ello, una de las herramientas en las que se apoyaron fue el uso de cigarrillos electrónicos como alternativa para reducir de daño para aquellos que no van a detener el consumo de cigarrillos.

Los cigarrillos electrónicos son una de las herramientas fundamentales de reducción de daño

En septiembre de 2022, el Public Health of England (PHE) publicó su última revisión de evidencia científica sobre los cigarrillos electrónicos, llevada a cabo por expertos independientes. Entre sus conclusiones afirmaban que el vapeo supone una pequeña parte de los riesgos de fumar a corto y medio plazo.

Asimismo, estos especialistas afirman que la exposición a sustancias nocivas del vapeo es significativamente menor a la del tabaquismo, según refrendan los biomarcadores asociados al riesgo de cáncer y enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Un matiz a destacar por parte de los expertos es que la percepción pública del daño absoluto y relativo del vapeo no está en consonancia con las evidencias investigadas. Además, esta información apunta a que estas percepciones influyen en las conductas posteriores del vapeo y del hábito de fumar. 

Nueva Zelanda apunta a 2025

En agosto de 2021, el gobierno neozelandés aprobó un nuevo marco regulatorio para cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentados en la llamada Ley de Productos Regulados y Ambientes Libres de Humo. Una de las metas principales del mismo es “ayudar a los fumadores a cambiar a productos regulados” que sean “significativamente menos dañinos de fumar”.

Una de las metas de la ley es “ayudar a los fumadores a cambiar a productos regulados”

Esta nueva normativa se basa en dos principios para alcanzar un país libre de humo en 2025. En primer lugar, se sigue estableciendo una regulación estricta para los productos de tabaco de combustión. En segundo, establece un tratamiento diferenciado para productos de vapeo regulados y reconoce sus beneficios en términos de reducción de daño en comparación con los cigarrillos tradicionales. La pretensión de esta legislación no es otra que la de alejar a los fumadores de productos de combustión.

Elemento diferenciador en Suecia

En las últimas cinco décadas, Suecia, como el resto de Europa, ha implementado medidas tradicionales para reducir las tasas de tabaquismo. De forma adicional, el país nórdico ha permitido la venta de alternativas libres de humo, especialmente el snus [1].

De esta forma, el país escandinavo puede convertirse en 2023 en el primer país libre de humo, es decir, con una tasa de población fumadora por debajo del 5%. Un logro que conseguiría 15 años antes de la fecha que se ha marcado la propia Unión Europea (UE) para declararse libre de humo.

Imagen cedida por Philip Morris para BC.
Suecia ha permitido la venta de alternativas libres de humo, especialmente el 'snus'.
PMI

Gracias a este enfoque, en los últimos 15 años Suecia ha reducido sus tasas de tabaquismo del 15% en 2008 al 5,6% hoy en día [2], siendo la tasa más baja de toda la UE (cuya tasa media es de un 23%) [3].

En definitiva, un futuro sin humo de los cigarrillos es posible, y los beneficios que puede aportar a las personas que de otro modo seguirían fumando y, por tanto, a la salud pública mundial, son muy relevantes. Sin embargo, para que sea una realidad, es necesario el apoyo de todas las partes interesadas: autoridades públicas, comunidad científica y sociedad civil, así como la industria, para poder aprovechar al máximo esta oportunidad.

[1] El snus es un producto de tabaco sin humo de uso oral.

[2] The Public Health Agency of Sweden, Use of tobacco and nicotine products (self-reported) by age, gender and year,2022

[3] Attitudes of Europeans towards tobacco and electronic cigarettes - February 2021 - - Eurobarometer survey (europa.eu)