Los rostros del turismo, el sector acechado por la ruina: “Estamos agonizando”

Algunos propietarios de casas rurales en Castilla y León han empezado a vender sus joyas. Así lo afirma Luis Chico, Presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Valladolid, quien explica que la falta de ingresos durante 12 meses ha dejado a los alojamientos rurales de la región en una situación crítica. Las vacaciones de Semana Santa, lejos de ser el pistoletazo de salida para la mejor temporada de las arcas turísticas, ha sido otro varapalo para los empresarios rurales castellanos y leoneses, que se han quedado con las manos vacías atisbando a duras penas un 5% de ocupación. "En otros años estaríamos hablando de un 95%, y el turismo local no representa ni un 15% de la clientela. Lo poco ingresado se lo comen los gastos de mantenimiento, los impuestos, los seguros, la responsabilidad civil...”, explica Chico, que regenta en Benafarces (Valladolid) su Casona de Labranza 'Campo y Lumbre'.

Además de las restricciones de Semana Santa, se han sumado las nuevas directrices autonómicas han hecho que las casas rurales se hayan tenido que adaptar a un aforo concreto. Aunque no en todas las regiones se ha vivido de la misma manera. Tanto en Castilla y León como en Extremadura parten de la misma premisa: solo se pueden reunir un máximo de 4 no convivientes en las casas rurales. Pero, mientras Castilla León llora la sequía turística, en Extremadura la situación es más estable en Semana Santa. Los hosteleros rurales extremeños ya habían avisado que solo aceptarían reservas locales y, además, la Dirección General de Turismo de Extremadura se ha encargado de promocionar la movilidad. Ha creado un bono turístico que costea la mitad del gasto al propietario, por lo que el cliente paga la mitad. La promoción, junto con la necesidad vacacional y el encanto de los parajes como la Sierra de Gata o las Hurdes han mantenido a los alojamientos rurales que se situaban en los estertores.

Como explica Nacho Lozano, presidente de la Asociación Turismo Norte de Extremadura (Aturnex): “Los alojamientos de 2 a 4 personas están 100% llenos de extremeños. Mirando la población, Extremadura tiene una clientela potencial de un millón de habitantes, que en Semana Santa está en movimiento”. Aún así, los hoteles rurales o posadas, de mayora capacidad de aforo, están en una situación límite. Hace unas semanas, Aturnex denunciaba la situación de una propietaria de 64 años con un alojamiento para 13 personas en Madrigal de la Vera (Cáceres). Realizó unas obras de reforma hace dos años y pidió una hipoteca y dos préstamos. Sin clientes desde septiembre, los hijos de esta mujer, de nombre María, son los que están manteniendo a su madre actualmente.

La forma más eficaz de conectar la “España vacía” a las capitales es a través de la red de carreteras. Aunque las compañías de autobuses han tenido que flexibilizar sus horarios a unos servicios esenciales mínimos, eso les ha ocasionado pérdidas. Como explica Rafael Barbadillo, presidente de la Confederación Española de Transporte en Autobús (CONFEBUS), que aúna a más de 2.000 empresas, al principio de la pandemia el Ministerio de Transporte indicó a las compañías que se adaptaran según la demanda, lo que provocó tres servicios a la semana entre capitales de provincia. “Empezaron a haber llamadas de gente que quería bajar de Soria a Madrid y no podían. Pero nadie solventaba las pérdidas”, puntualiza. Argumenta que con los Reales Decretos “se ha ido estableciendo un sistema de compensaciones”, pero la cantidad presupuestaria es muy pequeña: “No hay ni para empezar”, explica, y además aún está pendiente compensar el segundo semestre de 2021, “en el que trabaja el Ministerio desde otro Fondo” ya que las ayudas directas aprobadas de 7.000 millones de euros quedan repartidas entre CCAA y los sectores, llegando a un máximo de 200.000 de ayuda que es “insuficiente y tardía”.

Desde el sector explican que la crisis sanitaria les ha tocado de lleno. La poca demanda por los confinamientos ha dejado a la mayoría de la plantilla en ERTE y unos escenarios desoladores en las estaciones de autobuses, que siguen desiertas. Puntos de paso donde hace unos años se oía el traqueteo de viajeros que, en condiciones normales, estarían cogiendo un autobús a la costa o a Sevilla por Semana Santa. Los datos refrendan las vistas: “Quitando el servicio urbano, los recorridos de larga y media distancia están muy mal, son un 10% de movimiento respecto a 2019. Estamos con unas caídas de actividad tremendas, de un 85% o 95% al perder la mayoría de los desplazamientos interiores”, explica Barbadillo. Para él, todas las previsiones, incluso para establecer fondos de concesiones, son irreales si no se acelera la vacunación. Por eso, vaticina un final negro: “Hacen falta ayudas directas. De lo contrario las empresas que representamos empezaran a ir a concurso de acreedores”.

La vacuna, ese fue uno de los términos más utilizados por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, el pasado Foro de Turismo. Porque, sin vacuna, no hay reactivación del sector. Así lo creen también las dos federaciones hoteleras que más dependen del turismo internacional: la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) y la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo Las Palmas (FEHT). El presidente de ésta ultima, José Maria Mañaricúa, se aferra al “espejismo” prometido por Maroto de que el 80% de la población esté vacunada en verano para una auténtica reactivación turística. Una esperanza que mantienen, más allá del pasaporte Covid-19, aunque hayan perdido su mejor temporada, la de invierno: el año pasado, de enero a marzo, Canarias tenía una tasa ocupacional hotelera de hasta un 90%, este año ronda el 20% y esperan que alcance el 40% los días de Semana Santa gracias a los locales. Las restricciones, el cierre de Reino Unido y la obligatoriedad de un PCR de vuelta a los turistas alemanes han acabado de rematar una caída libre anunciada desde hace un año.

Los hoteles en Mallorca tampoco tienen un respiro. A pesar de las imágenes de filas de turistas alemanes en el archipiélago balear, los hoteleros recalcan: “cero euforia”. De los 850 complejos que agrupa la FEHM, solo el 13% está abierto. “Uno de cada 10”, especifica la Federación. Y, ante un escenario de suma volatilidad, se mantiene alerta ante un posible retroceso: “Las reservas son muy acotadas para estos días de vacaciones, pero no tenemos ni idea de si los establecimientos continuarán abiertos. Podemos hacer previsiones pero si ahora Alemania dice que no se puede viajar cualquier estimación es absurda”. Ante la polémica generada por la llegada de turistas, La FEHM enfatiza que los pocos hoteles abiertos “no se llevan nada trabajando un par de días. Hemos tenido una caída del PIB casi el doble de la nacional, y en concreto el PIB de Mallorca supone el 40% para el sector turístico”, detallan.

La plantilla de vuelo sobrevive: de piloto a repartidor de Amazon

Un piloto, cuyo nombre no quiere revelar por posibles implicaciones laborales, cuenta que su caso es el de “una historia feliz” dentro de un escenario tremendamente desolador. Tras más de 20 años de experiencia como piloto aéreo, se vio en la calle cuando su aerolínea anunció el ERTE: “Yo hacía vuelos de largo ratio a EEUU y cuando Europa cortó las comunicaciones con América dejamos de volar de un día para otro”. Desde entonces pasó largos meses tratando de sobrevivir, hasta en el octubre una compañía de transporte de carga le contrató como piloto. Cuenta que tiene compañeros que han corrido peor suerte, pasando de hacer vuelos por Europa a repartir paquetes en Amazon alquilándose ellos mismos una furgoneta: “No han tenido soporte de la compañía y han estado 6 meses sin ingresos. Tenemos una de las cotizaciones más altas de España y el SEPE, o bien se retrasa demasiado en el pago de los ERTES , o no llega, o no configura bien la prestación”, explica.

Como enamorado del cielo, este piloto explica que si tuviera que describir con una palabra la situación laboral en las aerolíneas seria “agonía”. La incertidumbre y las pocas garantías que ofrecen algunas compañías han acabado haciendo que algunos pilotos ya no quieran ni escuchar ni la palabra “avión”: “Porque ves que te lo quitan todo. Tu estilo de vida, tus ilusiones y tu manera de vivir”, añade el piloto. Además, a los meses de sequía de estar a la espera para recibir el ERTE se junta otro requisito fundamental para ellos: la renovación de su licencia. Con la situación actual, algunas compañías han dejado en manos de los pilotos dicha actualización, que deben ser renovadas cada 90 días haciendo como mínimo tres tomas y tres despegues. Pero, sin vuelos, peligra el certificado profesional y solo pueden validar su “experiencia reciente” en un simulador. Así, sin cobrar ni trabajar, algunos profesionales de la aviación han tenido que pagar, en algunos casos, entre 1.000 y 2.500 para refrescar su hábito. En caso de no hacerlo, se triplicarías las tasas de pago para reactivar su permiso si caduca.