Se prevé que las obras, que abarcan un total de 8,5 kilómetros, empiecen el próximo invierno y tengan un plazo de ejecución de nueve meses.
Entre las medidas que la Generalitat está aplicando en este entorno destacan las que están encaminadas a reforzar la separación entre los sentidos de la circulación con el objetivo de minimizar el riesgo de choques frontales.
Es el caso de las obras que se licitan ahora, que comprenden el tramo de la C-55 entre la zona de Can Gomis, en Collbató, y la conexión con la C-58 --unos siete kilómetros--, y entre este punto y el túnel de la Bauma --1,5 kilómetros--.
En este entorno, la C-58 registra un tráfico de unos 18.000 vehículos diarios y la C-55, unos 27.000; además de las obras de separación de carriles, también se prevé mejorar el firme de estas carreteras, con el tratamiento previo específico de los puntos más desgastados o con desperfectos.
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