La ONCE ofrece un desayuno sensorial a los medios para que se metan "en la piel" de una persona con dificultad visual

Así lo ha destacado el delegado territorrial de la ONCE, Josep Vilaseca, en un encuentro que ha reunido a los profesionales de los medios de las Islas.

Tras congregarlos en una sala, los profesionales se han puesto un antifaz que les imposibilitaba la visión, para poder ponerse en el lugar de todo el colectivo ONCE.

Ya a ciegas, los periodistas, acompañados de voluntarios de la ONCE que les han acompañado a cada una de las mesas dispuestas para la degustación, han comenzado la experiencia.

A partir de este momento, como afirmaba Vilaseca, es cuando empiezan a tomar protagonismo el resto de sentidos. En primer lugar, cobran presencia oído y tacto, ya que nada más llegar a la mesa, los comensales, por medio de las manos, examinan su mesa y escuchan los diferentes sonidos que están a su alrededor. Las voces, el tintineo de las copas, el tacto del mantel, la sierra del cuchillo. Todo ello se percibe de forma mucho más intensa.

Poco más tarde, le llega el turno al olfato y al gusto. Una serie de platos pensados para la ocasión y en los que no solamente el sabor, sino la textura y la temperatura juegan un papel determinante.

En primer lugar, una pizzaimada de salmón, con un juego entre dulce y salado; después, unos huevos a la plancha con sobrasada, con lo "interesante" que resulta mojar pan a ciegas. Por último, un parmentier de patata con migas de pan, por la dificultad que entraña comer un plato de cuchara; y en el postre, una fondue de yogur con fruta.

En el apartado de bebidas, dos copas jugaban a la confusión. Una de las mayores dificultades a la hora de descifrar lo que se estaba degustando ha sido el vino, ya que se ha servido el blanco y el tinto a la misma temperatura para demostrar que sin poder ver el color de los caldos es difícil distinguirlos.

Desde la ONCE han querido poner en marcha esta propuesta para mostrar lo difícil que es el día a día de una persona con dificultades visuales, ya que el 70 por ciento de la información que nos rodea se percibe con la vista, según ha afirmado Vilaseca, por lo que en esta experiencia el resto de sentidos intentan suplir ese 70 por ciento del que se carece, en este caso, puntualmente, por ese antifaz colocado sobre los ojos.