Así es el 'plogging', el deporte de moda que aúna salud y conciencia ecológica

  • Tierra no hay más que una, algo que saben numerosos practicantes de esta modalidad en que correr o andar tiene un componente sostenible.
Cultivo ecológico de la palmera datilera
Cultivo ecológico de la palmera datilera
ANSE

Hacer deporte es una de los hábitos más saludables que existen y que, por si fuera poco, no exige una condición física excepcional o gastarse una cantidad grosera de recursos para practicarlo. Unas zapatillas y ropa cómoda son todo el equipo que cualquier persona necesita para, en compañía o en solitario, ejercitar sus músculos al aire libre.

No importa que sea running, jogging, footing, hagas maratones, trail o simplemente te guste salir a caminar por el campo. Todos vosotros sois susceptibles de ser atrapados irremediablemente por el plogging, una tendencia deportiva que va en aumento y que no exige al deportista ningún cambio de rutina. Entonces, ¿en qué consiste este tipo de ‘magia’?

Pues sencilla y llanamente en desarrollar una conciencia ecológica mientras caminamos o corremos, sin importar tu edad, recogiendo desechos que vayas encontrando en tu ruta, echándolos en una bolsa para después depositarlos en contenedores o cubos habilitados para ello. El esfuerzo extra que te exigen es mínimo y la satisfacción, personal y social, no es cuantificable en los gramos de sudor que puedes haber perdido de más por agacharte a por una lata tirada en mitad del monte, o a por una bolsa de papel que ronde por el suelo de la acera que compartes con otros runners.

La tendencia, que comenzó en 2016 en Suecia, debe su nombre a la transcripción al inglés de las palabras suecas “plocka upp”, que se pueden traducir como nuestro verbo “recoger”. De allí pasó al gerundio anglosajón, que ha extendido el vocablo más allá de las fronteras escandinavas, sobre todo desde 2018, el año en que oficialmente el ‘plogging’ se ha hecho viral y ha traspasado fronteras.

Así comenzaron en algunas ciudades suecas a salir a correr en pequeños grupos, denominados ploggers, armados con una bolsa de plástico en la que introducir los desechos que vayan siendo encontrados por el camino. No importa qué tipo de residuo sea: orgánico, vidrio, plástico o metálico. Cualquier inmundicia que pueble las calles o campos se convertirá en el objetivo a erradicar de esta particular forma de combinar deporte y conciencia social.

Además, una de las ventajas de practicar el plogging, que aún no tiene traducción al castellano, es la de ejercitar algunos grupos de músculos que, en ocasiones, se quedan fuera de juego cuando salimos a correr. Agacharse, ponerse de cuclillas o estirarse a por algún resto harán que, de forma ligera, añadamos algunos movimientos a nuestras rutinas deportivas, más allá del trote al que sometamos a piernas o pantorrillas, que suelen cargar con la mayor responsabilidad cuando salimos a correr.

Fuertemente extendido ya por Estados Unidos y Reino Unido, donde cada día gana adeptos esta praxis deportiva, el plogging permite a los deportistas ser más sostenibles y aumentar su grado de concienciación social sin renunciar al running o a hacer footing. Incluso puede que lleves haciendo plogging toda la vida y no lo sepas, o al menos no encontramos el nombre con el que bautizar a tu conciencia cívica. Si es así, sentimos decirte que unos señores suecos se adelantaron pero no te preocupes, a esta meta podemos llegar todos y, más que nunca, lo importante sí es realmente participar.

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