En Carnaval y Halloween (y en algunas zonas de España, como en Navarra, en Nochevieja) nos transformamos y nos convertimos en esa persona que no somos pero que siempre hemos querido ser, pero no siempre lo hemos hecho de la misma manera, como lo demuestra el vídeo.
Nos disfrazamos y perdemos la vergüenza, además... ¡es tan divertido y se crea un ambiente de desinhibición que nos hace pasar momentos muy especiales!
Por si fuera poco, según comentan los expertos, disfrazarnos nos sirve de terapia porque nos convertimos en ese yo que tenemos escondido pero que nunca nos hemos atrevido a sacar y, por lo tanto, afloran sentimientos ocultos o guardados en nuestro subconsciente.
Durante siglos nos hemos disfrazado, pero hasta hace muy poco, al menos en nuestro país, no era habitual hacerlo el 31 de diciembre, pero es fiesta y ¡hay que disfrutar! Monstruos, zombies, brujas, gatitas, enfermeras sangrientas hasta Kim Kardashian se han convertido en la inspiración para la noche tan terrorífica del año.
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