Con fiesta a bordo de un tren Costa Rica celebra el Día Mundial del Turismo

  • Un tren lleno de música, baile, rimas y comida típica fue el escenario en el que se enmarcó este año la celebración del Día Mundial del Turismo en Costa Rica.

Nancy De Lemos

San José, 28 sep.- Un tren lleno de música, baile, rimas y comida típica fue el escenario en el que se enmarcó este año la celebración del Día Mundial del Turismo en Costa Rica.

El país centroamericano, reconocido destino turístico por su rica naturaleza, decidió celebrar de manera diferente e invitó a cerca de 800 personas a una fiesta a bordo de un tren, que hizo un recorrido muy particular en los poco más de 20 kilómetros que separan las ciudades de San José y Cartago, en la zona central.

Los vagones del tren lucían fotografías y decoración alusiva a cuatro de las regiones turísticas del país, pero el festejo iba más allá: desde músicos caribeños tocando el inconfundible "Calypso" y los típicos "copleros" recitando sus rimas, hasta indígenas borucas danzando su tradicional "Baile de los diablitos".

En el vagón correspondiente a Guanacaste, provincia costera en el Pacífico norte, un grupo de actores con trajes típicos hizo las delicias de los pasajeros recitando las populares "coplas" y "bombas", como se les llama en Costa Rica a los versos cargados de humor y pronunciados con el característico acento "guanacasteco".

Mientras tanto, Marielos Jiménez, quien vive en Bagaces, una de las comunidades de la provincia, repartía las infaltables rosquillas de maíz, propias de la región y que son protagonista fundamental en todas las fiestas de ese lugar.

Al mismo tiempo, pero en el siguiente vagón, la música "Calypso" arrancaba aplausos y pasos de baile a más de uno que se atrevió a unirse a la fiesta caribeña mientras saboreaba un tradicional "paty".

El "paty" es una empanada con relleno de carne picante que no puede faltar en la mesa de la provincia costarricense de Limón, y en esta ocasión era ofrecido bajo el lema "hot paty", desde una canasta cargada, con una enorme sonrisa, por Roenna Brown.

Pero en ese particular tren hubo espacio hasta para la danza indígena de "El baile de los diablitos", con el que los miembros de la etnia Boruca, de la zona de Pacífico sur del país, acostumbran a celebrar la llegada de un nuevo año.

Las vistosas máscaras de madera de balsa con forma de animales como el jaguar llamaron la atención de todos, especialmente porque la población indígena en Costa Rica no es tan numerosa como en otros países latinoamericanos, y estas comunidades viven en las zonas más alejadas de las ciudades.

Los atractivos de la zona central del país no se quedaron atrás, y desde las montañas del Valle Central los pasajeros degustaron "toronjas rellenas", "cajetas de leche" y hasta "ceviche de fresa", una receta original de las faldas del Volcán Poás, donde abundan las plantaciones de esta fruta.

Al ritmo de las cimarronas (conjuntos musicales tradicionales) y mascaradas, mezcladas con las manifestaciones culturales de otras zonas del país, el alegre tren se acercó a su destino: Cartago, la capital colonial costarricense, donde decenas de asistentes participaron en un recorrido a pie para conocer la historia de la ciudad.

La gerente de mercadotecnia del Instituto Costarricense de Turismo, Ireth Rodríguez, explicó a Efe que esta actividad se pensó como una manera no solo de celebrar el Día Mundial del Turismo, sino también de informar a la población local de los atractivos que existen en su propio país.

"Pensamos en hacer una celebración diferente, más llamativa, y qué mejor que aprovechar el tren para motivar a los 'ticos' (costarricenses) a conocer y disfrutar de su propio país", comentó.

Los pasajeros, por su parte, no dejaron de sonreír durante los cuarenta minutos de recorrido entre San José y Cartago, y aseguraron que la experiencia en este festivo tren fue única.

"Me encantó el ambiente tan alegre y saber que tenemos tantas cosas para conocer y que a veces nos perdemos por desconocimiento. Espero pasear mucho más por Costa Rica de ahora en adelante", expresó Ligia Mora, para quien este viaje en tren fue inolvidable.

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