El gran desafío del uruguayo Cavani en el París SG

Durante sus tres primeras temporadas en el París SG, el uruguayo Edinson Cavani tuvo una circunstancia atenuante para justificar su falta de brillo: Zlatan Ibrahimovic. Pero la marcha del sueco le hará asumir la próxima temporada un estatus nuevo, el de número uno.

A veces parece estar perdido en el césped del Parque de los Príncipes, fallando pases y controles, recibiendo críticas en las redes sociales, que no le perdonan una. Un goleador, por mucho talento que tenga, necesita confianza para ser decisivo, y a Cavani le ha faltado en ocasiones en sus tres temporadas en el PSG.

Cuando llegó a París, en 2013, el uruguayo de Salto era ya una superestrella. Luchador, altruista, rápido, excelente cabeceador y fuerte en el uno contra uno, era idolatrado por los aficionados del Nápoles, club al que llegó en 2010, procedente de Palermo. La temporada de su marcha, fue el mejor goleador de la Serie A con 29 tantos.

Era el alter-ego con pelo largo de su compatriota Luis Suárez, pichichi de la liga española esta temporada con el Barcelona. El París SG, que desde su paso a manos cataríes ha tomado la costumbre de realizar un gran fichaje en la pretemporada, pagó 64 millones de euros por hacerse con El Matador, que se convirtió de ese modo en el jugador más caro del Campeonato de Francia.

En París, Cavani comprendió rápido que no puede contar con la misma pasión popular que en Nápoles. Los aficionados parisinos no son tan volcánicos como los del sur de Italia y los focos en París ya están acaparados por otro goleador: Zlatan Ibrahimovic. El sueco llegó un año antes a Francia y se hizo con la posición preferida de ambos: la punta del ataque.

Colocado a un lateral, el uruguayo inscribió 25 goles en 43 partidos en su primera temporada parisina, 31 la siguiente (en 53 partidos). No está nada mal pero es menor que el promedio de Ibra, que inscribió en las dos mismas temporadas 41 goles en 46 partidos, y 30 en 37 encuentros.

En la presente temporada que terminará el sábado (19h00 GMT), con la final de Copa de Francia frente a Marsella, han ido peor las cosas para Edi: 24 goles en 50 partidos, por 48 para Ibra en los mismos encuentros.

Edinson Cavani ha visto perturbada su estancia parisina por dificultades personales, un divorcio en su primera temporada, y en 2015, la muerte de un joven motociclista en un accidente en el que estaba implicado su padre, en Uruguay.

Después hubo algunos problemas de conducta: a principios de 2015, fue sancionado junto al argentino Ezequiel Lavezzi por haber regresado con retraso de las vacaciones de Navidad. Y a finales del mismo año, los líderes del equipo estaban descontentos debido a un marcha de vacaciones dos días antes que el resto.

"Edi es un chico generoso y colectivo en el juego. En la vida de grupo, no ha hecho lo que debía", declaró entonces su entrenador Laurent Blanc, que le había dejado en el banco en octavos de final de Liga de Campeones contra Chelsea. "Tiene que ser consciente que su comportamiento debe ser colectivo", añadió.

Cuando la punta del ataque parisino debería lógicamente pertenecerle a partir de la temporada próxima, Cavani deberá asumir el estatus de número uno, que implicará su regreso a una eficacia óptima e implicarse más en la vida de grupo. Mientras tanto, le queda la final a disputar el sábado con Ibra contra Marsella, en la última vez a su sombra.

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