Dinamarca gana el duelo para buscar un maridaje perfecto a los vinos de Jerez

  • Finos, olorosos, moscateles, palo cortado, manzanilla, amontillados y Pedro Ximénez mostraron hoy su versatilidad en un "duelo" internacional entre siete equipos de chefs y sumilleres para buscar un maridaje perfecto a los vinos de Jerez y en el que se ha impuesto el conjunto danés.

Isabel Laguna

Jerez de la Frontera (Cádiz), 14 oct.- Finos, olorosos, moscateles, palo cortado, manzanilla, amontillados y Pedro Ximénez mostraron hoy su versatilidad en un "duelo" internacional entre siete equipos de chefs y sumilleres para buscar un maridaje perfecto a los vinos de Jerez y en el que se ha impuesto el conjunto danés.

La Escuela de Hostelería de Jerez de la Frontera (Cádiz) ha sido el escenario de este gran combate, la V Final Internacional de la Copa Jerez, que ha enfrentado a equipos de prestigiosos chefs y sumilleres llegados de Alemania, Bélgica, Dinamarca, Estados Unidos, España, Holanda y Reino Unido.

El reto: buscar la armonía perfecta entre un menú de un entrante, un plato principal y un postre y los vinos de Jerez.

El equipo danés, formado por el chef Jonathan Kjølhede Berntsen y el sumiller Alexander Kjølhede Berntsen, del restaurante Clou, ha conquistado al jurado y con ello la final.

Los ganadores han buscando la armonía con un menú compuesto por vieiras crudas en corteza de pan de centeno salado, con Fino Valdivia; pulpo estofado en grasa de pato y asado en aceite de almendra, con un Amontillado de Barbadillo; y un postre de helado de leche, praliné de avellanas y café, con Pedro Ximénez VOS de Tradición.

Pero con el permiso de los daneses, los grandes ganadores de la V Copa Jerez serán sin duda los propios vinos, que, de la mano de todos los finalistas, que han elegido caldos de hasta treinta o cuarenta años de solera y una media de veinte grados, han mostrado las pasiones que levantan en la gastronomía internacional.

"Lo impresionante es ver la recepción que tienen fuera, ver cómo grandes sumilleres y chefs de fuera de España apostolan los vinos de Jerez, ver cómo los entienden y cómo aprecian sus posibilidades y su complejidad", decía a Efe el cocinero gaditano Ángel León.

León fue uno de los miembros del jurado junto con otras "celebrities" del ramo como Josep Roca, sumiller y copropietario de El Celler de Can Roca; los master sumilleres Doug Frost y Ronan Sayburn y el crítico gastronómico José Carlos Capel.

Entre los finalistas, el joven equipo belga formado por el chef Jelle Cattelein y el sumiller Hannes Desmedt, que en tan solo cinco años han conseguido tres estrellas Michelín en el restaurante Hertog Jan y el equipo holandés integrado por el chef Paul de Groote y el sumiller Koen Van der Plas, del restaurante Inter Scaldes, con dos estrellas Michelín.

El equipo alemán estuvo compuesto por la chef Karina Appeldorn y la sumiller Maria Rehermann, del restaurante First Floor de Berlín (Alemania), con una estrella Michelín, y el estadounidense por Scott Jones y Melodie Reynolds, del restaurante No. 9 Park de Boston.

El tándem del Reino Unido, fueron los maestros del restaurante londinense Galvin La Chapelle, Kevin Tew y Andrea Briccarello, quienes han luchado también durante dos años para estar en esta gran final buscando el maridaje perfecto para los vinos de Jerez.

Al igual que ha hecho el equipo español integrado por el chef Ángel Luis Vellón y el sumiller Iván de la Torre, del restaurante madrileño Il Bambino, para quienes ya sólo estar en esta final es "algo mágico" porque su establecimiento es "chiquitito" y no está "en la cresta de la ola", pero aún así desde él han podido coger alas para competir aquí con "grandes de todo el mundo".

El reto, dice De la Torre, no ha sido fácil porque "los matrimonios son todos muy complicados" y también los que tratan de casar "los aromas y sabores" de los vinos de jerez con distintos platos para que ambos "se conjugen" y puedan llegar "al máximo esplendor".

Para el sumiller el concurso y las distintas propuestas de los finalistas han dejado constancia de "la amplia gama" de los vinos de Jerez y su "gran versatilidad" para poder jugar, desde macerando un terrón de azúcar para un postre a dando un sabor a "cuero viejo" a un asado.

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