Dos establecimientos atípicos que enamoran al que se acerca en Barcelona

  • Una selección de pequeños establecimientos fuera de los circuitos gastronómicos tradicionales.
Can cisa
Can cisa

Más allá de los establecimientos de restauración al uso, Barcelona se destapa como un destino gastronómico en sí mismo, capaz de sorprender a cualquiera. Su infinita oferta de platos y especialidades, una variedad de restaurantes de calidad extraordinaria y una selección de pequeños establecimientos fuera de los circuitos gastronómicos tradicionales pero cuya propuesta que podríamos definir como de cocina temática, es tan interesante como curiosa y rica. El barrio gótico, del cual todo nació esconde alguna de estas joyas gastronómicas populares de cocina imbatible.

Can Cisa (Princesa 14)

Si traemos esta vieja y tradicional bodega hasta aquí, es porque su especialidad son los vinos. Es una bodega enfocada a ofrecer los mejores vinos naturales que aún hoy, los vecinos siguen acudiendo para rellenar sus garrafas. Pero teniendo en cuenta que es una bodega y no un restaurante al uso, y que aquí se acude a beber, hay que tener en cuenta la propuesta de cocina que es más que notable y está a la altura de los vinos que se pueden beber y disfrutar.

Una bodega abierta en 1949, pero que han sabido recuperar Max y Stefano Colombo, de Xemei; Joan Valencia, de vinos Cuvee 3000; y el viticultor Joan Ramón Escoda, apasionados de los vinos naturales.

Una cocina a base de tapas que no podemos decir que se han reformulado, pero sí, que se han pensado, se han trabajado y el resultado es grandioso. Unos boquerones en vinagre, de esos que hemos tomado en casi cualquier bar de España, pruébelos y verá. Una strachiatela de bufala inaudita, que traen de Italia y que es sublimemente cremosa con migas excelente salmón noruego, resulta de diez. Una terrina de hígado sutil e intenso a partes iguales. La propuesta de Can Cisa, se reproduce en Bar Brutal (Barra de Ferro 1), un local de paso obligado cuando se visita la Basílica del Mar.

Xarcutería La Pineda (Carrer del Pi 16)

Hace unos días nos referíamos a otro de los establecimientos temáticos de Barcelona, La Garriga, un local dedicado al mejor embutido catalán y al mejor jamón ibérico de Salamanca. La Pineda podría ser su Alter Ego con una barra y vitrina dedicada a productos excepcionales de ‘xarcuteria’ y una pequeña sala en la que degustar algunas de sus especialidades: Embutidos, quesos y las mejores conservas. Con casi un siglo de vida a sus espaldas, mantiene el espíritu de su fundador el Sr. Pineda. La longaniza de Vic y el bull blanco y negro, comparten carta con jamones de Jabugo, chorizo de Guijuelo y cecina de León.

Si logra un hueco en sus escasas mesas de mármol y puede sentarse en alguno de sus taburetes altos, dispongase a probar sus excelentes quesos manchegos y salazones del Mediterráneo, mojamas de atún procedente de Cádiz, completan una gama de productos fantásticos procedentes de toda España y que tienen un lugar privilegiado junto a butifarras de Perol. Conservas de matrícula de honor sirven para completar el festín. Así almejas de Carril, berberechos, mejillones de las Rías Baixas. Bocados tan agradables como tomates secos rellenos de atún y alcaparras.

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