Las casas reales árabes descansan en Marbella

  • Es conocida la predilección que las realezas de diversos lugares del Golfo Pérsico tienen por pasar el período estival en Marbella, ciudad que alberga numerosos palacios de estas dinastías, como la Saudí o la de Emiratos Árabes, y que han elegido este verano la Costa del Sol para descansar.

María Jesús Serrano

Marbella (Málaga), 2 sep.- Es conocida la predilección que las realezas de diversos lugares del Golfo Pérsico tienen por pasar el período estival en Marbella, ciudad que alberga numerosos palacios de estas dinastías, como la Saudí o la de Emiratos Árabes, y que han elegido este verano la Costa del Sol para descansar.

Fuentes cercanas al entorno de estos ilustres huéspedes y de los lugares que han visitado han asegurado a Efe que han estado en Marbella miembros de la familia real de Emiratos Árabes y de Arabia Saudí, algunos de los cuales continúan en el municipio.

El heredero al trono de Arabia Saudí y actual ministro de Defensa, el príncipe Salman Bin Abdulaziz Al-Saud, hizo una visita relámpago el pasado 24 de agosto a la ciudad, en la que también ha pasado unos días su hijo, el príncipe Sultán, que es el ministro de Turismo.

Asimismo, destacan príncipes y princesas de estas dinastías, como el príncipe Salman, nieto del rey Faisal de Arabia; y jefes de Estado, como el presidente del Congo, y se prevé que otros lleguen en septiembre para pasar sus vacaciones.

Estos soberanos visitantes suelen llegar a la ciudad ya terminado el Ramadán, mes de ayuno diario que los musulmanes celebran cada año, y que depende del calendario islámico lunar, período en el que no pueden comer, beber ni mantener relaciones sexuales hasta la puesta del sol y que este año ha concluido el 8 agosto.

Las aguas del lujoso Puerto Banús albergan en sus amarres los habituales yates de la Casa Real Saudí, con embarcaciones como "Lady Haya", que perteneció al fallecido Rey Fahd, o el "Shaf London", del Príncipe Salman, hermano de aquél.

Por otro lado, numerosos palacios reales se levantan sobre suelo marbellí, como el que posee la Casa Real de Emiratos Árabes en "El Batatal", el palacio "Al Nahda" (El Rocío), donde pasó numerosos veranos el ya fallecido Rey Fahd, o el colindante "Al Riyadh", propiedad del Príncipe Salman, entre otros.

Los comerciantes del recinto portuario esperan cada año la llegada de estas dinastías, como la joyería "Gómez & Molina", cuyo propietario, Miguel Gómez, ha dicho a Efe que, pese a su alto poder adquisitivo, los árabes "no derrochan" y conocen los precios internacionales.

Ha resaltado que sus gustos se asemejan al de los europeos y no se decantan necesariamente por las piezas "más pomposas o recargadas", sino que buscan "lo último y lo más exclusivo", aunque a diferencia del pasado, cuando gastaban entre 300.000 y 400.000 euros, ahora se llevan joyas que no superan los 50.000 euros.

Por su parte, la directora de la inmobiliaria "Kristina Szekely", con el mismo nombre, ha dicho que este verano ha alquilado inmuebles a miembros de las realezas saudí y emiratí y ha incidido en que eligen casas "en primera línea de playa, con seis u ocho dormitorios y vistas al mar", a partir de 25.000 euros el mes.

Su edad media es de entre 35 y 50 años, y tienen "ganas de pasarlo bien y disfrutar de lo que ofrece Marbella", en particular del lujo de las boutiques, los coches de alta gama, las embarcaciones, el deporte y los hoteles de cinco estrellas.

Al igual que las realezas, turistas procedentes de Oriente deambulan por las calles de la ciudad durante estos días, según ha señalado a Efe el concejal de Turismo, José Luis Hernández, quien ha asegurado que están llegando más que el año pasado y representan el 7 % del turismo que recibe Marbella en temporada alta.

El edil ha incidido en que la temporada turística termina a finales de septiembre, y ha asegurado que habrá mucha actividad a lo largo del mes, principalmente de árabes procedentes de Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes y Qatar.

En Marbella -ha destacado Hernández- es tradición que veraneen las casas reales, costumbre que se remonta a la segunda mitad de los años setenta, cuando el ya fallecido Rey Fahd eligió el municipio para pasar sus vacaciones.

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