Llega la moda del 'bikepacking': siete lugares únicos para recorrer en bicicleta

  • Espacios abiertos que si bien ya son increíbles a pie, recorrerlos en bici puede ser una experiencia inolvidable.
Bicicleta
Bicicleta

El mundo está lleno de lugares únicos, y muchos de ellos se pueden descubrir sobre ruedas. ¿Cuáles son los mejores países para pedalear? El libro ‘100 lugares únicos para ir en bicicleta’ (Claude Droussent, Ed. Geoplaneta) ofrece una visión detallada de todos esos espacios abiertos que si bien ya son increíbles a pie, recorrerlos en bici puede ser una experiencia inolvidable.

Pedalear por Alaska, por la jungla de Bali o por las laderas de un volcán de Hawái, circunvalar Islandia, atravesar las calles de Manhattan en familia, perderse en Siberia, en las colinas de Ruanda o en el monte Tamalpais, son algunas de las atractivas propuestas de este volumen imprescindible para todo amante de los pedales. Un libro que ofrece además una gran ayuda extra para organizar el viaje y disfrutar del ejercicio. Ojeamos el completo listado del periodista deportivo Claude Droussent para seleccionar 7 de sus rutas favoritas en bicicleta por todo el planeta.

1. Noruega

El país de los fiordos implica hacer frente a unas cuestas que, desde los valles glaciares, ascienden hasta las impresionantes cumbres. Pero Noruega ofrece mucho más: desde finales de mayo a mediados de julio se disfruta del sol de medianoche. El punto de destino son las islas Lofoten, 300 km por encima del círculo polar ártico. La carretera E 10 regala un espectacular paisaje al serpentear a lo largo de una estrecha franja costera. Allí no llueve en verano y el ciclista puede circular a su antojo cogiendo ferris para trasladarse de isla en isla y pedalear entre aldeas de pescadores, pintorescas cabañas y maravillas naturales.

2. Cuba

La carretera propuesta por el autor bordea las aguas turquesas del Caribe, en el lado meridional de la isla, a unos 800 km de La Habana. Se trata de la última etapa de una magnífica excursión de 200 km por la carretera 20, saliendo desde Niquero. La ruta permite ver las aguas cristalinas en las que se practica buceo, siempre al pie de la Sierra Maestra, que se impone con sus crestas, curvas y bosques durante todo el recorrido. Castro, el Che y sus barbudos se refugiaron aquí en la década de 1950, durante los combates. Frente a Jamaica y hasta la bahía de Santiago, la carretera está poco frecuentada y algo dañada por los huracanes pero, según Droussent, es una tierra espléndida para recorrer a pedaladas, con una temperatura de 30°C y una suave brisa constante.

Bariloche
 

3. Argentina

La ciudad de San Carlos de Bariloche, a 1600 km de Buenos Aires y de Ushuaia, fue fundada en 1902 y es la estación de deportes de invierno más antigua de Sudamérica. El territorio que la rodea, la provincia de Río Negro, es magnífica para montar en bici, con bosques, lagos, valles y montañas hasta donde alcanza la vista. “Unos Andes en versión meridional con altitudes alpinas”, describe el ciclista en su libro. Al oeste se alza el volcán Tronador, de 3554 m. Los amantes de los descensos encontrarán aquí algunos de los más descensos, como El Cóndor, en las laderas del cercano cerro Catedral (2405 m). El camino de los Siete Lagos, al norte de Bariloche, es ideal para poner a prueba la resistencia o disfrutar de una excursión y descubrir las cascadas, las extraordinarios miradores, los estrechos senderos o la transparencia del lago Espejo.

4. Dublín

La conquista de Londres por los ciclistas, incluso antes de los Juegos Olímpicos del 2012, inspiró a Dublín y hoy en día se puede circular en bici alegremente por la ciudad, ya que la infraestructura lo permite: 120 km de carriles exclusivos y 50 km de carriles compartidos con los autobuses. Dentro de la ciudad no hay ni una sola cuesta y todo son facilidades para los ciclistas, por lo que resulta agradable circular entre las riquezas arquitectónicas y verdes de la capital de Irlanda. Del Trinity College al castillo situado al sur del Liffey, del carril del Gran Canal al magnífico Phoenix Park, en el norte, cuyas avenidas más bonitas están hoy dedicadas a las dos ruedas.

Amsterdam
 

5. Ámsterdam

Si hay una imagen típica de ciclismo urbano en el mundo, sin duda es la de Ámsterdam. La ciudad se convirtió en un paraíso para ciclistas antes que ninguna otra ciudad en el mundo, y en la actualidad hay casi tantas bicicletas como habitantes, que aprenden a andar en bici y las normas de circulación antes de ir al colegio. Ámsterdam ha entregado su alma a la bici y el autor propone salir a explorarla sobre dos ruedas. Desde Jordaan, el barrio burgués bohemio, hasta el Dam y, más lejos, el Museumplain para admirar a Rembrandt, Vermeer, Van Gogh, los maestros holandeses, o incluso Vondelpark para una pausa bucólica, detenerse en un coffee shop o en un cálido bruin cafe.

6. Indonesia

Yogyakarta es la segunda ciudad de Indonesia, en mitad de la isla de Java, a 500 km de Yakarta. Con 700.000 habitantes, aquí late el corazón espiritual del país. Los motociclistas son los reyes del asfalto, pero aceptan las bicis en el espacio urbano. Los restos del pasado y el entorno son solo un anticipo de lo que se puede ver al salir de Yogyakarta. Templos impactantes, como Borobudur, a quince minutos al noroeste, o Prambanan al este. Al norte, un horizonte engrandecido por la silueta imponente de un volcán humeante, el monte Merapi. Y, sobre todo, la felicidad de pedalear entre arrozales, palmerales y la naturaleza exuberante de este país.

7. Kioto

En contraste con las turbulentas Osaka y Kobe, la plenitud jamás ha abandonado a Kioto, que ofrece las muestras más fascinantes del Japón ancestral. Más bien llana y diseñada en cuadrícula, con un asfalto tan bien mantenido como la grava de los jardines zen, es un territorio ideal para circular en bici. Dice Claude Droussent que los ciclistas encuentran su lugar de forma natural en esta metrópolis, y que sorprende que se pueda circular en la mayoría de las aceras. La principal preocupación es recordar que en Japón se circula por la izquierda. Uno de los itinerarios más bonitos de Kioto lleva a lo largo de un canal al Camino de la Filosofía. Allí se llega a los famosos templos de Ginkaku-ji (o Pabellón de Plata) y Nanzen-ji. En abril florecen centenares de cerezos y en otoño la naturaleza ofrece multitud de colores al oeste, en el límite de la villa imperial de Katsura.

Mostrar comentarios