Más de la mitad de los hogares brasileños tiene auto o motocicleta

Río de Janeiro, 24 oct.- El 54 % de las familias de Brasil tiene en su hogar, como mínimo, un auto o una motocicleta, según un estudio divulgado hoy por el estatal Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA).

El informe recoge que, entre 2008 y 2012, el número de familias que poseía un automóvil, una motocicleta o ambas aumentó en 8 puntos porcentuales, pasando del 46 % al 54 %.

El estado que presenta un porcentaje más alto es el de Santa Catarina, donde el 74 % de sus residencias tiene en el garaje al menos un automóvil o una moto.

El porcentaje de residencias motorizadas en Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil, se ubica en el 64 %, mientras que en el de Río de Janeiro un 41 % de las familias tiene vehículo.

Según el estudio, de las 62,8 millones de residencias en Brasil en 2012, 21,3 millones (34,0 %) tienen automóvil en el garaje, 7,3 millones (11,6%) tienen motocicleta y 5,3 millones (8,5 %) cuentan con automóvil y moto.

La presencia de motos es muy superior en las áreas rurales, en las que el 18,7 % de las residencias tiene automóvil, un 24,1 % motocicleta y un 9 %, automóvil y motocicleta.

El porcentaje de residencias en zonas rurales con motocicleta (33 %) prácticamente dobla al de domicilios en áreas urbanas con coche (17,9 %).

El IPEA también asegura en su informe que los brasileños invierten, en promedio, 30 minutos en llegar a su trabajo, tiempo que es superior entre los ciudadanos más pobres.

Aún así, de entre los brasileños en condición de extrema pobreza, un 58 % demora menos de 30 minutos en llegar a su trabajo. Ello significa, según IPEA, que por su situación económica no pueden pagar un billete de metro o de autobús, además de sufrir los problemas de movilidad que existen en sus barrios, y por ese motivo, agrega el estudio, sólo optan por empleos ubicados cerca de su domicilio.

El informe concluye que la tendencia de aumento de los vehículos privados en Brasil es inevitable, dadas las mejoras salariales que están experimentando sus ciudadanos.

Ello, según las mismas fuentes, generará una mudanza en la movilidad y exigirá inversiones importantes por parte de la administración en la mejora de las infraestructuras.