¿Por qué dan miedo los niños en las películas de terror?

La historia del cine depara decenas de películas protagonizadas o que giran en torno aniños 'malditos' o con poderes sobrenaturales.

"Los directores utilizan como protagonistas a los niños por efeicacia dramática", asegura Jordi Costa,crítico de cine.

Todos recordamos al pequeñoDamien, el niño endemoniado de'La profecía'. Un 'anticristo' cuyamiradainfundía respeto más allá de la pantalla. Incluso la presencia de satanás se ha escenificado en un bebé, como ocurre en'La semilla del diablo', donde las muertes y los sucesos extraños parecen proceder del vientre deRosemary Woodhouse.

"Los niños son frágiles, indefensos y víctimas amenazadas y por otro lado los directores juegan con la idea de los niños diabólicos y el mal encarnado en estos seres", asegura Costa.

Para este crítico, "este papel funciona y atraen más al público como pasó con la película de Frankenstein y la pequeña María. Todo lo que sea mezclar lo monstruoso y la inocencia con niños funciona".

Hollywood ha llevado a triunfar a un gran número de miniactores por su desempeño, siendo los más recordados aquellos que protagonizaron papeles en el mundo del terror.

El miedo en este tipo de películas viene provocado por 'un estado de shok'que supone ver una conducta tan agresiva por parte de un niño, explica Javier Urra, doctor en Psicología. "No está en la conciencia colectiva. Cuando la gente ve que un niño angelical saca un lado brutal se pregunta: '¿Y esto puede ser verdad?' '¿Un niño o niña puede estar poseído?' Y entonces piensa: 'podría ser'".

¿Por qué tienen los niños miedo a la oscuridad?

La tendencia de los niños a dejar la luz encendida al clásico 'remolonear' antes de irse a dormir, lo cierto es que la gran mayoría de niños de entre 3 y 8 años sienten auténtico miedo a la oscuridad.

"Lo niños no saben gestionar el miedo. No saben lo que ocurre. El vínculo de la autonomía no lo tienen. Si un niño se encuentra en un entorno de oscuridad siente miedo porque no sabe manejar la situación", recalca Mila Cahue, psicóloga.

La imaginación, en plena ebullición en esta etapa del crecimiento, juega malas pasadas a los 'peques' cuando se trata de irse a la cama, y cualquier ruido o movimiento en la oscuridad es motivo más que suficiente para que haga saltar todas las alarmas del organismo ante aquello que nos es desconocido o que percibimos como peligroso.

"La mejor manera de ayudar al niño a no tener miedo es a través de la emoción y la razón. Hay que enseñarle a relajarse, pensar en algo bonito y tener mucha imaginación".

La manera más rápida de identificarlo: atendiendo a sus peticiones. Muchos niños que desarrollan miedo a la oscuridad es porque la asocian, o bien a las pesadillas que les acechan durante el sueño (los niños son mucho más propensos a ellas que los adultos), o bien al miedo de estar solos y desamparados en mitad de la noche.