Algunos ex futbolistas de la primera plantilla del Madrid probaron suerte invirtiendo en bodegas de vino, aunque con escasa fortuna. Otros de nuestros grandes deportistas nacionales, los hermanos Gasol y Rafa Nadal, hicieron lo propio en Tatel, una nueva enseña de restauración que ha desbordado todas las expectativas. Si se preguntan el porqué de una suerte tan diferente, la respuesta es sencilla. Al dinero y la fama que aportaron, unieron la probada capacidad de gestión de unos socios que sabían del negocio.
Toda una vida dedicada al fútbol profesional en grandes equipos de Europa, entre ellos el Sevilla, el Ajax y el Besiktas turco, Julen Escude y su mujer Carolina Ruiz fueron sumando experiencias gastronómicas. Acariciaban el sueño de montar algún día su propio negocio, hasta que fueron seducidos y deslumbrados por un restaurante especializado en carne, Nusr-et Steak House. Supieron que su vida quedaría ligada a ofrecer los mejores cortes de carne en su propio restaurante. Julen invirtió en ello y se asocio con su mujer, Carolina que aportaba el conocimiento, la gestión y la experiencia.
No contentos con haber reunido el capital y el oficio, decidieron pedir consejo y asesoramiento al mejor carnicero francés, Yves Marie Le Bourdonnec, considerado por muchos de los más destacados cocineros de aquel país como el mayor experto en este campo. Yves posee su propia carnicería en París, Victor Hugo, en cuyas vitrinas se exponen y venden los mejores cortes de carne posibles. Yves selecciona personalmente las razas, asesora en su alimentación, supervisa los cortes y verifica las maduraciones. Está considerado como
SQD Meat Point hace honor a su nombre, siendo, a pesar de su juventud, uno de los principales puntos de nuestra geografía si hablamos de carne. En SQD se ofrecen los mejores cortes de las mejores razas españolas y francesas. Ternera rubia gallega, Le Bourdonnec, una vaca morena francesa, cruce de Salers y toro Black Angus; la limousin, originaria del Sur de Francia; la montbeliarde, delicada y la hereford, una variedad muy sabrosa.
Todo el producto tiene marca de autor,sólo se compra a pequeños productores cuyo ganado pueden seguir muy de cerca, desde el nacimiento, su cría y alimentación, hasta el sacrificio. El pan es de Crusto, el foie, el magret y el confit de pato, marcas de la mejor gastronomía francesa, son de Pau; el aceite de oliva del Marqués de Griñón, y así un largo etcetera.
Pero la carta de SQD no se limita a las carnes, imprescindible su selección de crudites, frescos y sanos, un rico salate y un magnífico steak tartare cortado a cuchillo. La sopa de cebolla es soberbia y uno de los platos más reconocidos de su carta. Para acabar la sección de postres es responsabilidad personal de Carolina, apasionada repostera que hace una de las mejores islas flotantes, ese postre francés en el que el merengue flota sobre crema inglesa. Además, un buen coulant de chocolate y buenos cafés Gourmand.
La sala sorprende. Su puesta en escena en dos alturas ha logrado un efecto de gran amplitud y luminosidad gracias a los amplios ventanales que recorren la fachada de arriba a abajo. En la cocina vista se exponen los cortes más característicos. El mobiliario y la vajilla son fruto de meses de búsqueda por los mejores anticuarios y mercados callejaros del país vecino. De la carta de vinos, en su mayoría referencias francesas, destaca el de la casa, un Château Cantelaudette, de la bodega familiar de Escudé en el corazón de Burdeos.
C/ Villanueva 2. Madrid
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