Iglú o casa de nieve es el término usualmente utilizado para definir las viviendas de los esquimales. Estos los utilizan en los lugares más fríos de la Tierra para resguardarse del tiempo en los periodos de caza, nada que ver con la última faceta que se le ha otorgado a estos peculiares inmuebles en el corazón de Europa.
Hace mucho menos frío que en el Ártico y en el Antártico, y además los iglúes instalados en Budapest no están hechos de bloques de hielo, sino de tubos de PVC.
Su localización es privilegiada y ya se han convertido en uno de los puntos de reunión de la capital húngara cada invierno. Se sitúan en la azotea del '360 Bar', un establecimiento especializado en comidas y cócteles amenizadas a menudo por conciertos en vivo y en directo.
Abierta todo el año, esta terraza acostumbra a estar repleta, pero siempre mudando de apariencia: si en las épocas de calor predominan los toldos y las grandes sombrillas, en invierno se instalan seis iglúes con cobertura transparente para poder seguir disfrutando de las vistas del edificio más alto de la avenida Andrássy.
El Parlamento húngaro, la basílica de San Esteban, el castillo de Buda y la Colina Gellért son algunos de los puntos emblemáticos de la ciudad que se pueden observar desde la terraza, ya sea dentro o fuera de los iglúes.
Cada uno de ellos tiene capacidad para nueve personas gracias a la inclusión de varias mesas, y todo está preparado para combatir las gélidas temperaturas de invierno: cuentan con calefacción eléctrica y si los huéspedes son frioleros, tendrán mantas a su disposición.
Asimismo, se podrá elegir entre iglúes con temáticas veraniegas o invernales para gozar de la máxima comodidad posible. Conviene reservar con antelación en su web ya que es un local que está de moda.
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