Así lo asegura un estudio universitario

Al final, el dinero y los ingresos sí dan la felicidad o, por lo menos, ayuda

Un estudio de la Universidad de Princeton y de Pensilvania confirma que la felicidad y la satisfacción de la gente adulta aumenta conforme lo hacen sus ingresos.

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Al final, el dinero y los ingresos sí dan la felicidad o, por lo menos, ayuda.

El dinero no da la felicidad. ¿Estamos seguros de que esta afirmación es verdad? Todos aquellos que no entramos en el exclusivo grupo de los millonarios y la comúnmente llamada gente rica nos hemos convencido de esta máxima universal. La felicidad está compuesta de otras que tienen un valor no monetario, pero ahora un estudio desmiente que nuestra alegría no esté ligada con la cantidad de ceros de nuestra cuenta bancaria. 

¿Por qué el dinero ayuda a ser felices?

A primeros de marzo, investigadores de las Universidades de Princeton y Pensilvania publicaron una investigación en la revista Proceedings que parece demostrar que, al final, el dinero sí da la felicidad. Tras haber rastreado el estado de ánimo de 33.000 adultos en Estados Unidos, se dieron cuenta de que un mayor nivel de ingresos mejoraba la felicidad de la gente.

Estos 33.000 adultos ganaban al menos de 10.000 dólares al año, lo que se traduce en algo más de 9.000 euros. Todos los participantes de este estudio utilizaron una aplicación instalada en sus móviles que les preguntaba sobre su estado ánimo de manera aleatoria durante el día. 

Tras analizar todos los datos recogidos, los investigadores Daniel Kahneman y Matthew Killingsworth se dieron cuenta que en aquellos casos en los que ganancias de la persona habían crecido por encima de los 500.000 dólares su estado de ánimo mejoró notablemente y aumentó su felicidad en la mayoría de los casos, según lo que declararon en sus apps. Killingsworth dijo en una declaración que si quizás el dinero no sea el principal factor que da la felicidad, "probablemente pueda ayudar un poco". 

Cabe destacar que en las personas que disponían de más de 500.000 dólares no hubo datos ni reacciones reseñables al respecto, por lo que no se puede afirmar si efectivamente su estado de ánimo varió en relación con sus ingresos. 

Y los ricos, ¿son infelices?

El estudio también tiene otra cara que contrasta con la afirmación que defiende que la gente rica, en el fondo, es infeliz. Según Killingsworth, la gente con alto nivel de ingresos, pero infeliz, apenas representa un porcentaje bajo: alrededor del 20% de las personas son parte de esta "minoría infeliz" y, para ese grupo, los ingresos adicionales de más de 100.000 dólares por año no parecían tener un impacto importante en su estado de ánimo.

Pese a que un mayor nivel de ingresos pueda hacernos más felices, los dos investigadores concluyen un salario que supere los 100.000 dólares anuales no alivia el dolor asociado a otros sucesos vitales, como la "angustia, el duelo y la depresión clínica". "Si eres rico y miserable", dijo Killingsworth en su declaración, "más dinero no te ayudará".

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