Definir expectativas

Las efectivas reglas para negociar una oferta de trabajo y conseguir más sueldo

La mejor entrevista de trabajo es, en primer lugar, la que está definida por la honestidad y, en segundo lugar, la que se prepara de antemano. Para ello, hace falta ponerse en el lugar del reclutador.

Billetes de euro.
Billetes de euro.
Imagen de Freepik.

Podemos decir sin miedo a equivocarnos que el mercado laboral está atravesando un momento particularmente difícil, y conseguir un trabajo en el que coincidan nuestras expectativas económicas con la actividad que más satisfacción nos genera puede ser un proceso arduo. En este sentido, un error bastante común es el de resignarse a los términos propuestos inicialmente por los primeros reclutadores que le hacen una oferta. Una mejor opción es conocer varias herramientas para saber cómo conseguir lo mejor que pueden ofrecer antes de firmar el contrato, el momento idóneo en el que se pueden discutir estos asuntos.

Hazles entender tu valor

Varias personas creen que basta recitar una lista de sus exigencias para que las acepten, sobreestimando lo que piensan los reclutadores de ellas. En realidad, es importante saber cómo expresar las razones por las que mereces los términos que propones en cada instante sin parecer arrogante. Una persona que logre explicar por qué pide lo que pide puede llegar a recibir ofertas muy convenientes.

Prepárate para las preguntas duras

La mejor entrevista es, en primer lugar, la que está definida por la honestidad y, en segundo lugar, la que se prepara de antemano.  El entrevistado debe saber que si quiere negociar la oferta que le hacen, los reclutadores procurarán que se apegue lo más posible a los primeros términos propuestos, para lo cual no dudarán en llevar el proceso a un interrogatorio incómodo, haciendo referencia a las otras ofertas que podría tener, si son la primera opción que tomaría o si estaría dispuesto a incorporarse al día siguiente.

Entiende el valor de tu carisma

Es fácil pensar que lo único que vale en el mundo laboral es la experiencia y la eficiencia, pero esto implicaría olvidar el giro de los últimos años de la cultura empresarial, ahora que se valoran mucho más las relaciones humanas y la química entre los trabajadores en el sitio de trabajo. Existen ocasiones en que los reclutadores preferirán contratar a una persona que sea abierta y amigable, aunque no tenga los mismos credenciales que otro candidato que se muestre como un individuo prepotente o cínico.

Deja claro tu interés

Los reclutadores son expertos en llevar a cabo los procesos de entrevistas de manera eficiente, por lo que descartarán a los candidatos que prefieran encerrarse en sus exigencias sin demostrar que quieren formar parte del equipo. Por eso es importante hacerles entender que deseas entrar en la empresa tanto como lo quieren ellos y que las condiciones que propones se ajustan a la realidad del mercado y al valor que ofreces. Esto implica que habrá ocasiones en las que será mejor ser flexible, entender las limitaciones que mencionan, ignorar los ultimátums y extender el tiempo de las negociaciones, luego de lo cual podrían aceptar algunas de tus propuestas.

Piensa y propón todo lo que quieres desde el principio

Tal vez se trate de uno de los resultados de estar distraído, pero es fácil cometer un error clave mientras se negocia: pedir un solo cambio respecto a la primera oferta y no decir ninguno de los posteriores hasta que conceden el primero. Es la mejor manera de hacer que los reclutadores se frustren y pierdan su buena disposición. Más bien, deberías establecer todo aquello con lo que no estás completamente de acuerdo al iniciar las negociaciones para discutirlo cada apartado sin perder tiempo.

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