No es importante ser campeón de mus en el pueblo

15 elementos que deberías eliminar de tu currículum si quieres encontrar trabajo

Currículum vitae
Currículum vitae
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Redactar un buen currículum puede ser más complicado de lo que parece y no solo porque ya no sea el método más utilizado para conseguir un empleo: ¿qué experiencia debo incluir y qué debo omitir? ¿Cuántas páginas y qué formato debería tener mi currículum? ¿Debo añadir una fotografía al perfil? Una serie de cuestiones que buena parte de las personas no saben responder con seguridad y que derivan en muchos errores a la hora de redactar nuestro currículum. El problema es que, a la hora de encontrar un empleo, pueden suponer una barrera importante. Por eso, queremos repasar los 15 elementos que deberías eliminar inmediatamente de tu currículum para tener éxito en tu siguiente proceso de selección.

1. Deja fuera la experiencia irrelevante

Puede que en tu informe de vida laboral de la Seguridad Social aparezca que has acumulado 15 años trabajando, pero eso no significa que debas incluir toda esa experiencia profesional en un currículum. Por ejemplo, si has trabajado durante los veranos de tu juventud como socorrista de piscina o como repartidor de pizzas, no tiene mucho sentido que lo incluyas en tu currículum si actualmente estás buscando un trabajo como recién licenciado en Marketing. Incluso si tu último empleo remunerado ha sido precisamente el último verano poniendo copas en un bar, es muchísimo menos valioso que explicar hiciste prácticas hace dos años en una empresa y llevabas el mailing participabas en las campañas on/off.

2. No pongas tu estado civil (o situación sentimental)

Otro de los errores más comunes a la hora de redactar un currículum es confundir este tipo de documentos con formularios de instituciones oficiales o, peor, con apps de citas: incluir tu estado civil no solo es irrelevante de cara al potencial entrevistador (al que solo le interesa evaluar tus aptitudes concretas para un puesto), sino que además puede interpretarse como una forma de desvelar tu situación sentimental para influir en la decisión de la contratación. "Debería ser una práctica obsoleta de los procesos de selección. Este tipo de información podría provocar inferencias que no se ajustan con la realidad", tal y como explica Belén Claver, consultora de Desarrollo Profesional, en este post en Infojobs.

3. Tus hobbies no entran en tu currículum

Aunque parezca de perogrullo, los hobbies o aficiones personales no son uno de los elementos que deban estar presentes en el currículum. Por varios motivos. El principal es que se trata de un dato accesorio que no aporta nada a tu perfil como profesional: puede que hayas sido campeón de mus en tu pueblo los últimos cinco años porque dedicas cada fin de semana a perfeccionar tu habilidad con las cartas, pero no se trata de un dato ni remotamente relevante para el reclutador, por mucho que siga habiendo personal de recursos humanos que insiste en que este tipo de elementos añaden 'background' a tu perfil. Error, sobre todo porque aunque tus hobbies realmente pudieran servir para impresionar al entrevistador, distraen de lo que realmente importa en tu currículum: tu formación y experiencia profesional.

4. No mientas

Otra perogrullada, pero que también resulta necesario recordar. Mucha gente piensa que la mentira es gradual o, dicho de otro modo, que no pasa nada por colar una 'mentirijilla' en el currículum. Falso. En el ámbito laboral, todo cuenta. Especialmente cuando hablamos de habilidades técnicas. Un ejemplo muy trillado (pero no por ello menos cierto) es de los idiomas: no sirve de mucho que pongas que eres bilingüe en inglés si ni siquiera eres capaz de ver una serie de Netflix en V.O. con subtítulos. Es más efectivo (y más noble) reconocer tu nivel real de un idioma a la hora de enviar tu CV, ya que probablemente tengas más posibilidades de conseguir impresionar al entrevistador con una titulación en B2 y un nivel superior hablado (aunque se requiera un C1), que poniendo que tienes un C2.

5. No pongas tu edad: no es obligatorio

Uno de los mayores dramas que viven los trabajadores es su incapacidad de encontrar un nuevo empleo a partir de cierta edad (normalmente, entre los 45 y los 55 años). Por eso, si no quieres sufrir ningún tipo de discriminación por tu edad, lo mejor que deberías hacer es eliminarla de tu currículum. Por dos motivos: no es obligatorio hacerlo para participar en un proceso de selección y, de hecho, la legislación actual impide a las empresas exigir conocer este dato a la hora de evaluar a candidato, precisamente para evitar cualquier tipo de sesgo. Algo similar a lo que ocurre con incluir la foto en el currículum: no es obligatorio y, de hecho, en algunas culturas es sinónimo de ser descartado automáticamente del proceso, precisamente para evitar cualquier tipo de sesgo.

6. Olvídate de las 'soft skills'

Sí, es verdad: la mayoría de las empresas (especialmente del ámbito tecnológico) demandan cada vez más las llamadas 'soft skills', las habilidades blandas que hacen de ti un buen trabajador al margen de tus aptitudes técnicas. De hecho, hay centros formativos que ya ofertan estudios (no reglados) para ser más empático, reforzar tus dotes de liderazgo, de trabajo en equipo... Sin embargo, resulta redundante explicar que eres una persona proactiva si parte de tu trabajo te va a demandar una labor de investigación; o que tienes don de gentes si vas a postular a un puesto de atención al público. Las empresas presuponen que tienes ciertas 'soft skills' en función del puesto o sector en el que vas a trabajar. Por eso, incluirlas en un apartado concreto del currículum resulta algo impostado. Si aún así deseas detallarlas, es mejor incluirlas en una carta de motivación anexa o similares.

7. No te enrolles demasiado ni mandes cinco páginas

No hace falta que te enrolles demasiado a la hora de redactar un currículum, ya que uno de sus aspectos esenciales es ser un extracto de tu perfil profesional, no un relato breve de tu vida laboral. En este sentido, profundizar demasiado en un empleo concreto o elaborar una lista interminable de habilidades técnicas causará más rechazo que otra cosa en el entrevistador. Tampoco vale ajustar el tamaño de la letra al 8 en Word para que te entren párrafos enteros. Los currículums ideales deben incluir todos los elementos posibles (experiencia, formación, habilidades y datos personales) en una sola página, dos como máximo.

8. O explicitas tus referencias o las omites

Hay una fórmula, tanto en un currículum como en una carta de motivación, muy socorrida: "Referencias disponibles bajo demanda". Una fórmula que no tiene mucho sentido, que no añade absolutamente nada a un currículum y que solo sirve para rellenar una línea más. De hecho, lo normal de cara a un entrevistador es detallar esas referencias (que, además, te permitirán rellenar más espacio si el texto se te queda corto); o bien, omitir directamente la frase, lo que parece la solución más lógica, ya que se presupone que podrás hacerlo si alguien te pide referencias de algún trabajo en el que hayas estado.

9. No utilices la primera persona

Cuando alguien lee el currículum de otra persona, se da por supuesto que lo que aparece en él se refiere única y exclusivamente a esa persona. Por tanto, utilizar la primera persona es algo redundante que, además, puede denotar cierto infantilismo en la redacción. En vez de escribir "He trabajado dos años realizando X labor, encargándome de X áreas", es mejor utilizar un estilo impersonal, como "Productor de X duranet dos años, encargado de X áreas". Puede parecer una diferencia demasiado sutil como para ser advertida por un entrevistador, pero no lo es. Y la primera impresión que le causes podría depender de algo tan nimio como esto.

10. Utiliza un e-mail profesional

Esto es algo que suele ocurrirle a dos tipos de candidatos: los que son demasiado jóvenes y utilizan cuentas de correo electrónico que han creado con más humor que ánimo por facilitarle el trabajo a un potencial entrevistador y, por otro lado, a esos aspirantes de cierta edad que crearon su primera cuenta en Yahoo en los 90 y que aún la utilizan tanto a nivel personal como profesional. Para ambos casos, la respuesta es no: no debes incluir rutadelbakalao94@xxx.com entre los datos personales de tu currículum.

11. No pongas "número de teléfono" antes del número de teléfono

Y, siguiendo con las obviedades, hay un error muy común entre quienes envían currículums: poner "número de teléfono" antes de poner, efectivamente, tu número de teléfono. Esto se aplica también a poner "nombre" antes de detallar cómo te llamas. No es que sea un error grave, pero esta redundancia demuestra una cosa muy importante de cara a quien lea ese currículum: que pones en duda que su inteligencia y su comprensión lectora le permitan inferir que un número de nueve dígitos que empieza por 6 es tu teléfono móvil... Y no es el mejor modo de empezar una relación con quien podría darte tu próximo empleo.

12. No innoves con el WordArt

Los expertos recomiendan crear (o descargar) una plantilla visualmente simple que te permita organizar los contenidos del currículum de la forma sencilla posible. Por eso, aunque en ciertos campos como el diseño la creatividad es un elemento más a valorar, en el resto una excesiva innovación del formato no es la mejor idea: tablas, gráficos o títulos creados con WordArt no solo pueden hacer que el reclutador se distraiga al leer tu currículum, sino que pueden convertirlo en algo completamente ilegible. Moraleja: si no tienes mucha idea de diseño gráfico, deja que sean otros los que innoven.

13. No uses la jerga de tu empresa anterior

A menudo, las empresas denominan a ciertos procesos, tareas e, incluso, productos, de una manera específica utilizando una jerga particular que no usa nadie más. Por ejemplo, puede que un responsable de recursos humanos se encargue de lo que una empresa denomina a internamente "el recibo" para referirse a la emisión de nóminas de los empleados a final de mes. Una vez más, parece obvio que no deberías escribir algo como "responsable del recibo a fin de mes". En su lugar, trata de referirte al término más estandarizado en el sector para referirte a esa tarea concreta, como "responsable de nóminas de la plantilla".

14. Excluye tus redes sociales no profesionales

Otro elemento que suele incluirse en los currículums en la actualidad son las redes sociales. Y es algo positivo, siempre que sean cuentas a las que le das un uso profesional y no personal: probablemente, una empresa encuentre interesante que publiques regularmente sobre tu campo (algo que denota especialización), pero no tanto que el último fin de semana estuvieses en Ibiza visitando calas perdidas, exhibiendo escasa ropa en tus fotos. Aprende a diferenciar entre aquellas redes que puedan tener una función más profesional (como LinkedIn) y aquellas reservadas solo para tus amigos o seguidor (del tipo de Instagram).

15. No me cuentes dónde trabajabas en el siglo XX

Si hay algo que deberías evitar a toda costa es incluir experiencias demasiado pasadas. Tal vez, en 1996 estabas al frente de una sucursal del Banco Central Hispano y te desempeñabas realmente bien, pero lo cierto es que las habilidades que se requerían entonces para la banca poco o nada tienen que ver con las actuales. El ejemplo no es baladí: el pasado noviembre, el Banco Santander -que compró en 1999 la otra entidad, en la que trabajaba nuestro hipotético empleado- echó el cierre a 211 sucursales, culminando un proceso de clausura de 1.100 oficinas tras la adquisición del Banco Popular. Una transformación que ha causado numerosos despidos, pero que al mismo tiempo ha abierto numerosas oportunidades a quienes se han adaptado tecnológicamente y participan de la transformación digital del sector.

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