Elegir la mejor opción

El método matemático para aprobar las oposiciones y los exámenes tipo test

Este tipo de pruebas suelen restar puntos por cada pregunta fallada, lo que complica aún más llegar a un aprobado a pesar de contestar a gran parte de las cuestiones expuestas en el test.

Exámenes tipo test.
Exámenes tipo test.
©[Oleksandr Todorov de Getty Images] a través de Canva.com

Aunque lo más común en Selectividad son los exámenes de respuestas largas e incluso análisis y opiniones donde el estudiante pueda demostrar su conocimiento sobre la asignatura, no ocurre lo mismo en otras pruebas de acceso. Las oposiciones, por lo general, se basan en exámenes tipo test donde cada respuesta correcta suma uno o varios puntos, mientras que las erróneas restan un porcentaje al total. Este método puede provocar que incluso las personas más preparadas terminen suspendiendo los exámenes debido a fallos tontos, por ello es muy importante planear una estrategia antes de enfrentarse a los mismos.

En muchos casos este formato de examen cuenta con más de una opción a elegir, por lo que elegir la correcta no siempre resulta sencillo. En ocasiones juegan a indicar respuestas con una estructura similar que llegan a confundir al opositor, mientras que en otras ofrecen respuestas abiertas del estilo "todas las anteriores" o "dos de estas respuestas son falsas". A pesar de las dificultades que presentan estas pruebas existen ciertas técnicas para sacar el máximo rendimiento a la opción múltiple. Lo más importante es seguir un proceso organizado a la hora de contestar, ya que primero hay que marcar aquellas de las que estamos completamente seguros y después evaluar cuáles invitan a la duda. Pero para aumentar las probabilidades de acierto, existen ciertos trucos matemáticos.

Responder unas pocas

La base de este método matemático es responder el número exacto de preguntas, evitando así que de tener muchas incorrectas perdamos puntos innecesarios. Por lo general estas oposiciones constan de un total de 100 preguntas, que pueden verse incrementadas por otras pruebas adicionales o secundarias a lo largo del proceso. Pero apliquemos un ejemplo más sencillo con 20 preguntas.

Si cada respuesta correcta es un punto, para aprobar hay que hacer bien al menos 10 de estas, pero siempre hay que tener en cuenta que las probabilidades de fallar existen. Por ello, es importante responder unas pocas más y tener mayor margen de error. Aunque el número ideal es 15, quedarse por debajo o por encima de esta cifra podría resultar un riesgo, ya que cada error suele restar 0,5 puntos y eso peligraría el aprobado. Si optamos por 14, con solo tres incorrectas ya habríamos suspendido, por lo que es adecuado evaluar los posibles inconvenientes. 

Asimismo, en este tipo de pruebas hay que tener cuidado con dos factores. En primer lugar, si los examinadores establecen un rango o nota de corte concreto, ya que en muchas ocasiones la mitad no es el aprobado. Y en segundo, cuantas más preguntas haya en el test más posibilidades de fallar, no será lo mismo hacer 100 que 20, donde el opositor tendrá la ocasión de dedicar más tiempo a cada cuestión.

Mostrar comentarios