Polución digital

PS5 y Xbox Series enterrarán el formato disco... y acelerarán el cambio climático

La apuesta de la nueva generación de consolas por los formatos digitales podría parecer un movimiento 'verde', pero necesitará muchos más servidores.

Ready Player One, de Steven Spielberg
PS5 y Xbox Series enterrarán el formato disco... y acelerarán el cambio climático.
Warner Bros / Amblin

Por suerte, aún queda tiempo para que aparquemos a un lado la realidad física y vivamos en mundos virtuales como en 'Ready Player One' (2018), la cinta de Steven Spielberg que nos muestra un futuro apocalíptico en el que los humanos condenamos al planeta para estar enganchados todo el día a un videojuego. Lo que no se termina de explicar en la película es qué produjo la crisis ecológica, energética y socio-económica del año 2045. Sin embargo, la realidad no dista mucho de esa ficción distópica: mientras el mundo 'gamer' gana cada vez más peso en la industria cultural, el cambio climático devora bosques y sobrecalienta el planeta, al tiempo que un diminuto coronavirus ha puesto (de nuevo) en jaque a la economía global. En este contexto llegarán al mercado la PlayStation 5 (PS5) y la Xbox Series.

Huelga decir que el grado de responsabilidad de la nueva generación de consolas que está por llegar en la situación climática actual es irrelevante. De hecho, aunque seguirán comercializándose modelos con blue-ray, uno de los grandes avances que proponen tanto la PS5 Digital Edition como la Xbox Series S es que son 100% digitales y no admitirán formato físico. En la práctica, esto supone la eliminación de la manufacturación de millones discos al año y, por ende, el fin de los cementerios de chatarra asociados a los videojuegos, como el famoso sepulcro mexicano descubierto en 2014, que albergaba 700.000 copias del videojuego de 'ET' para Atari... Descansaban 'en paz' desde 1983.

El problema es que los formatos digitales tampoco son la panacea ahora mismo. Si bien es cierto que evitan desastres contaminantes como el citado en México, en los últimos años se han convertido en una importante fuente de emisión de CO2. ¿Cómo es posible? Por el uso cada vez mayor de servidores en la era digital, especialmente a raíz del 'cloud': a mayor ancho de banda, mayor capacidad de enviar información, lo que se traduce en un mayor número de servidores necesarios para almacenarla. Es decir, que eliminando el formato físico solo estamos solucionando parte del problema, ya que el almacenaje de toda esa información se trasvasa a servidores cada vez más potentes, más grandes y, por supuesto, que consumen más energía.

Esto se traduce en última instancia en más emisiones de CO2. Veamos un ejemplo claro de un avance tecnológico que no termina de ser ecológico: la música en 'streaming'. Teóricamente, la distribución de álbumes y sencillos en formato digital debería ser más limpia que a través de CD's, casettes o vinilos. Pero lo es solo a medias: un reciente estudio publicado por la Universidad de Glasgow apunta a la reducción drástica de la producción de plástico asociado a la distribución de canciones y discos (desde las 61.000 toneladas en el año 2000 a las 8.000 toneladas en la actualidad), a la par que ha duplicado la emisión de CO2 y otros gases de efecto invernadero (desde 150.ooo toneladas a entre 250.000 y 350.000).

La explicación se basa en que, evidentemente, los formatos digitales no requieren de plásticos, por lo que poco más de un 10% de quienes compraban CD's o vinilos hace 20 años lo siguen haciendo. Por el contrario, para almacenar la imponderable cantidad de música que existe actualmente en la red se necesitan servidores tan potentes que no solo consumen muchísima energía para funcionar, sino que además un 40% de esa inmensa cantidad de energía se utiliza exclusivamente para enfriarlos. O, dicho de otro modo: son tan potentes que necesitan consumir casi el doble para mantenerse fríos y que no provoquen un incendio.

Y, en el caso de los videojuegos, el impacto puede ser aún mayor. Para hacerse una idea, ahora mismo las plataformas de juego en 'streaming' solo en EEUU representan 34 teravatios-hora al año en uso de energía, más que todo el estado de West Virginia (que tiene una población de dos millones de habitantes). Este elevado consumo supone emisiones de dióxido de carbono indirectas (por los servidores) equivalentes a más de cinco millones de coches. Por lo que, con el trasvase del formato físico al digital, solo cabe esperar que la situación empeore, tal y como advierten expertos en todo el mundo: videojuegos más detallados que nunca implican un mayor tamaño, que a su vez requerirá de mayor capacidad de almacenaje, lo que provocará la creación de más servidores que, al final, contribuirán aún más al calentamiento global.

En el caso de la PS5 Digital Edition y la Xbox Series S cuentan además con otro aliciente como son los precios rebajados sobre las versiones con formato físico: 100 euros menos en el caso de la consola de Sony y 200 euros menos para la edición digital de la consola de Microsoft. Un paso decisivo para acabar con el formato físico, que podría terminar acelerando el cambio climático y, quién sabe, dar lugar a un mundo apocalíptico en el que los humanos hayamos cambiado nuestra vida cotidiana por un videojuego. Al menos, será en Ultra HD y con un televisor 8K.

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