Los sindicatos argentinos celebran divididos el Primero de Mayo

  • Los sindicatos argentinos celebraron hoy el Primero de Mayo con actos por separado, reflejo de la división existente en el seno de las mayores centrales obreras del país, mientras que la presidenta, Cristina Fernández, pidió celebrar el Día del Trabajador con empleos y no amenazas.

Buenos Aires, 1 may.- Los sindicatos argentinos celebraron hoy el Primero de Mayo con actos por separado, reflejo de la división existente en el seno de las mayores centrales obreras del país, mientras que la presidenta, Cristina Fernández, pidió celebrar el Día del Trabajador con empleos y no amenazas.

La mayor movilización contra el Gobierno se registró en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, donde centenares de personas convocadas por la alianza política Frente de Izquierda (FIT) y gremios como la Coordinadora Sindical Clasista y el Encuentro Sindical Combativo criticaron las políticas de ajuste del Ejecutivo de Fernández.

"Este acto se enmarca dentro de un gran ajuste contra el pueblo trabajador, que lanzó el Gobierno nacional con el apoyo de los gobernadores, de las grandes patronales y hasta del FMI", dijo el diputado del FIT Nicolás Del Caño.

"Necesitamos una nueva dirección política y sindical", señaló Gabriel Ruiz, simpatizante del FIT presente en la protesta.

Entre las principales reivindicaciones figura el aumento del salario mínimo, alzas en las pensiones y subidas salariales por encima de la inflación, que sólo en el primer trimestre fue del 9,7%, según datos oficiales.

El sindicalismo oficialista optó por alejarse de la capital y celebrar el Primero de Mayo en el conurbano bonaerense, bastión del kirchnerismo.

"Si nos llevan de nuevo a las políticas del neoliberalismo, olvídense de avanzar en todo lo que falta, porque también vamos a perder lo que conquistamos", advirtió el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina, Hugo Yasky.

Desde Avellaneda, en la periferia sur de Buenos Aires, el líder sindical llamó a "defender las políticas del Gobierno nacional a toda costa" en el acto celebrado en el microestadio de Racing con motivo del Primero de Mayo.

"El Día del Trabajador es un día de reflexión e invito a todos los compañeros a que lo hagan, para no perder la memoria y no volver a caer en la trampa que nos proponen las corporaciones de que sólo hay una salida", sostuvo el titular del sindicato de mecánicos, Ricardo Pignanelli, en la celebración de la Confederación General del Trabajo (CGT) oficialista en Hurlingham, unos 20 kilómetros al oeste de Buenos Aires.

La presidenta argentina intervino telefónicamene en un acto encabezado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en la provincia de Chaco para celebrar la Fiesta del Trabajo con la inauguración de un emprendimiento.

"Así se festejan los 1 de Mayo, abriendo lugares de trabajo no incitando, ni amenazando, ni agraviando sino trabajando y produciendo", dijo la mandataria.

Sus declaraciones hacen referencia a la polémica suscitada por el sindicalista Pablo Moyano, quien advirtió días atrás que puede haber muertos en un conflicto que mantiene el sindicato de camioneros con el Ayuntamiento de Quilmes por la recogida de residuos.

"Si tiene que haber muertos, va a haber un muerto, dos, tres, porque la gente está dispuesta a defender su puesto de trabajo y su dignidad", dijo Pablo Moyano, hijo de Hugo Moyano, titular de la mayor central del país y enfrentado con Fernández.

Hugo Moyano, ausente hoy de las movilizaciones, instó a marchar en el centro de Buenos Aires el próximo 14 de mayo "por la falta de seguridad, contra la inflación y la desocupación".

El distanciamiento entre Moyano, quien fue un importante aliado del fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), y Fernández se agudizó en vísperas de las elecciones presidenciales de 2011 y se agravó un año después, con la fragmentación de la Confederación General del Trabajo (CGT) entre "moyanistas" y "kirchneristas".

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