Vale 20.000 millones en bolsa

Coldplay, Bruce Springsteen, U2... El rey de la taquilla detrás de los macroconciertos

Live Nation Entertainment y su filial, Ticketmaster, controlan todo el proceso de los espectáculos de los artistas bajo una gestión duramente criticada y ensombrecida por la reventa de entradas que ha llegado al Capitolio. 

Coldplay, U2, Bruce… El rey de la taquilla detrás de los macroconciertos musicales
Coldplay, Bruce Springsteen, U2... El rey de la taquilla detrás de los macroconciertos. 
EFE

Barcelona ha vivido un final de mayo agitado. La celebración de dos conciertos de Elton John y cuatro de Coldplay han desembocado en casi un lleno absoluto de los hoteles con precios desbocados por habitación. El sector se ha frotado las manos en pleno arranque de la temporada alta, que ha coincidido con las elecciones autonómicas y municipales. Una combinación explosiva que ha avivado el debate sobre la capacidad turística de la Ciudad Condal. Más allá de la controversia de los últimos días, cabe recordar que el anuncio de la gira de la banda británica no ha estado exento de polémica.

La avalancha de personas que hicieron cola virtual para conseguir una entrada se topó de frente con la reventa de entradas, la ‘cara b’ de un negocio que disparó el precio de los tickets y que tiene visos de convertirse en endémico. Este problema no es nuevo para Ticketmaster, la ticketera oficial del concierto, que ya ha tenido que lidiar en más de una ocasión con el estraperlo de los pases de acceso a nivel mundial. Detrás se encuentra Live Nation Entertainment, un conglomerado de casi 20.000 millones de dólares en bolsa, equivalente al tamaño de Ferrovial o ArcelorMittal, que domina la mayor parte del negocio de la música en vivo. 

En 2022 la compañía facturó más de 16.600 millones de dólares, un ejercicio récord en el que elevó un 45% su cifra de negocio con respecto a 2019 -último ejercicio completo sin Covid- ante el ‘boom’ que han vivido los espectáculos. Para entender cómo ha llegado esta empresa a lograr un volumen de facturación de esa magnitud sólo a través de los conciertos hay que remontarse al 2010, un año clave para el grupo en el que TicketMaster se fusiona con Live Nation, promotora de eventos y operadora de salas de conciertos, y configuran la empresa tal y como se conoce en la actualidad. 

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El matrimonio da lugar a un gigante que prepara al usuario el proceso entero: patrocinio y promoción, venta de entradas, gestión y organización de conciertos. En su propia página web se definen como "el mayor productor mundial de entretenimiento en vivo" con la puesta en marcha de más de 40.000 eventos anuales a través de 200 ciudades diferentes repartidas en todo el mundo. Su principal accionista es Liberty Media Corp, una compañía de medios de comunicación vinculada a John Malone que, a su vez, es propietaria de la Fórmula 1 desde 2016 y socio con Telefónica en la operadora británica Virgin Media O2. 

En los últimos 13 años, la compañía casi ha sextuplicado su valor en bolsa, pasando de valer menos de 10 dólares en el ejercicio de la fusión a rebasar la zona de los 80 dólares. El responsable de renta variable de la gestora Trea AM, Xavier Brun, expone a Live Nation como un ejemplo de pez grande que se come a los pequeños y lo compara con colosos de la talla de Facebook, Amazon o Microsoft, por su capacidad para producir lo que denomina el "efecto red" ante el valor añadido que les genera cada nuevo cliente y ve en su modelo de negocio una apuesta para los inversores. "Han conseguido que su negocio sea cada vez mayor", señala, al tiempo que incide en que el hecho de que actué en una posición con alto predominio de la cuota de mercado le otorga poder de fijación de precios. 

Pese a ello, Trea defiende que el tamaño del grupo, que ha adquirido una dimensión en la que hacerle competencia resulta imposible, no se ve reflejado en su valor bursátil, que acumula una revalorización de alrededor del 17% en lo que va de año y presenta un potencial de casi el 20% que, de confirmarse, podría impulsar los títulos hasta acariciar la barrera de los 100 dólares que perdió a principios de 2022, cuando las tecnológicas sufrieron un fuerte castigo bursátil.

Sin embargo no es oro todo lo que reluce. Su nombre, que ha llegado incluso a ser objeto de debate en el Congreso de los Diputados en 2018 con motivo de la gira de U2, se ha visto salpicado de nuevo por la gestión de la compra de boletos para espectáculos el pasado otoño, cuando los fans de Taylor Swift estallaron contra la compañía. Sus problemas logísticos y el colapso de su plataforma para satisfacer una avalancha de peticiones, que se escapaba de sus estimaciones iniciales, mientras afloraban miles de tickets puestos en reventa, fue un toque de atención para este imperio.

Las acusaciones de monopolio de los swifties -como se apodan los seguidores de la cantante estadounidense- ha contado con el apoyo de los políticos norteamericanos. Demócratas y republicanos mostraron su respaldo a los afectados, forzando a una comisión judicial en el Senado. En ella, la compañía intentó tirar balones fuera, señalando directamente a los 'bots' de generar el colapso en la página web. A esto se une la demanda presentada en Los Ángeles por el grupo de fans que alega presuntas violaciones antimonopolio. 

Los enfrentamientos legales también ha traspasado la frontera de México, en el que Profeco, la Procuraduría Federal del Consumidor, organización que promueve los derechos del consumidor en el país azteca, ha decidido recurrir a la justicia por las mismas razones y se enfrentará a Ocesa, el promotor mexicano que compró en 2021 para crecer en Latinoamérica. El crecimiento vía adquisiciones ha sido una constante dentro del grupo encabezado por Michael Rapino, cuyo bonus de 139 millones de dólares recibido en 2022 ha sido cuestionado en un ejercicio marcado por la indignación de los consumidores. 

Con todo ello, las perspectivas para este año también pintan bien después de un arranque que la propia firma califica de “tremendo” una vez que todos los mercados vuelven a estar abiertos de nuevo. Entre enero y marzo los ingresos se han disparado un 73% interanual, hasta los 3.100 millones de dólares y han vendido más de 145 millones de entradas con récord de actividad en todos los países en los que operan. Una cuenta de resultados que les hace ser "más optimistas que nunca" en medio del boicot de algunos artistas como Luis Miguel, que prepara un ‘tour’ fuera de su radar con el apoyo de Banco Santander para la adquisición anticipada de los tickets y la última crisis por lo acontecido en un espectáculo de Bad Bunny, en el que miles de personas no pudieron entrar, según publican algunos medios de comunicación aztecas.

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