¿Cómo afecta el adelanto electoral a las empresas cotizadas con capital estatal?

  • Los analistas creen que una coalición de izquierdas podría traer "políticas menos favorables al crecimiento" pero contendría mejor la crisis catalana.
Imagen Sede de SEPI
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¿Cómo puede afectar el adelanto de las elecciones generales al próximo 28 de abril a las cotizadas españolas que están participadas por el Estado? Los analistas consultados coinciden en que la convocatoria en sí no tendrá un impacto en la cotización de compañías como Bankia, Red Eléctrica, Enagás, Indra y Aena. Ahora bien, una vez conocidos los resultados y ante la expectativa o no de cambios regulatorios en alguno de estos sectores, como pudiera ser el eléctrico, la cosa cambiaría.

En opinión de los expertos, lo que más incertidumbre genera de todo este proceso es la falta de presupuestos. "Históricamente cuando ha habido elecciones la noticia no ha tenido un impacto reseñable en este tipo de compañías solo por tener parte del capital público" señala Sara Carbonell, de CMC Markets. Sin embargo, sí vería impacto por dos vías.

En primer lugar, que no pudiera aprobarse la Ley Hipotecaria, con las consiguientes sanciones por parte de Bruselas que esto acarrearía y el castigo a la banca que resultaría de este escenario (parece poco probable en principio); y en segundo, cómo condicionará el resultado al sector energético y de las renovables, puesto que a su juicio este tipo de compañías suelen verse más perjudicadas por la regulación que ponen en marcha los gobiernos más progresistas.  

Es el resultado electoral lo que "sí afecta al conjunto de las compañías cotizadas, estén participadas o no por el Estado", añade Carbonell. Sin embargo coincide con otros expertos consultados en que se ha dado el mejor de los escenarios posibles en la coyuntura actual, al entender que los inversores habrían tomado como algo negativo que no hubiese habido adelanto. En este momento, el mercado tiene puesto el foco sobre todo en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, en el Brexit y en los resultados empresariales.

Actualmente, la firma con una mayor presencia pública es la entidad capitaneada por Ignacio Goirigolzarri. A finales del mes pasado, el Estado suscribió un acuerdo con Bankia a través del FROB donde se comprometía a seguir sin interferir en su gestión y sin nombrar consejeros, igual que ha hecho desde que inyectó fondos públicos para reflotar el grupo en 2012. El pacto, que la entidad comunicó a la CNMV, lo sellaron la propia Bankia, su matriz BFA y el FROB, único accionista de BFA y propietario del 61,4% del banco.

La segunda compañía con un mayor capital estatal es AENA, primer operador aeroportuario del mundo por número de pasajeros, cuyo principal accionista es la sociedad pública Enaire, dependiente del Ministerio de Fomento, que controla un 51% de su capital.  

En el caso de la tecnológica Indra, la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) posee un 18,7% del capital que la convierten en principal accionista por delante de Corporación Financiera Alba (10,5%) o del fondo estadounidense Fidelity. En lo que respecta al gestor del sistema gasista, Enagás, el Estado fue relevado como primer accionista por el banco de inversión Lazard, que a comienzos del año pasado aumentó su participación en la firma del 3,06 hasta el 5,074%. La SEPI posee un 5% de Enagás y por detrás se sitúan  Bank of America, que tiene un 3,614% o Blackrock, que cuenta con el 3,383%.

Previamente, el propio Lazard ya había elevado en 2017 su participación en el operador del sistema eléctrico, Red Eléctrica (REE), del 3,01% al 5,079%, lo que le colocó como segundo accionista de la compañía por detrás de la SEPI, que cuenta con un 20% del capital.

Retos por delante y cábalas tras las elecciones

Con la vista puesta ya no solo en el plano empresarial, sino en el económico en general, Bank of America (BoA) Merril Lynch incide en que España todavía tiene por delante tres desafíos clave para la economía: abordar el ajuste fiscal pendiente y las reformas estructurales para mejorar el panorama a medio plazo; el crecimiento a corto plazo; y el empuje secesionista en Cataluña. Descartan que la convocatoria electoral del 28 de abril vaya a modificar el panorama a medio plazo y ven más complicado que tras esa cita puedan salir adelante las opciones más "de centro".

Así, en BoA consideran que una coalición de izquierda con la extrema izquierda "podría generar el riesgo de políticas menos favorables al crecimiento", pero al mismo tiempo creen que tendría mejores perspectivas de contener una posible escalada de la crisis catalana que un pacto entre la derecha y la extrema derecha. "España se ha convertido en el destino preferido de los flujos financieros disuadidos por la situación en Italia. Pero ahora es probable que la volatilidad aumente y esto deje de ser así", apuntan.

Precisamente, los analistas de Moody's, Allianz GI, JPMorgan, ING y Société Générale consultados por EP subrayan la idea de que España no es Italia, ya que ninguno de los posibles escenarios que se plantean ofrecen opciones de que los partidos populistas lleguen al poder. Ven positiva la decisión de adelantar los comicios, si bien advierten de la fragmentación política y las dificultades que volverán a observarse para formar un nuevo Gobierno. 

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