Moncloa activa el nombramiento a dedo de 200 cargos pese al fin de la legislatura

  • Convoca el proceso para cubrir por libre designación un centenar de puestos del organigrama gubernamental y otro centenar de cargos diplomáticos.
Fotografía de Pedro Sánchez, señalando con el dedito / EFE
Fotografía de Pedro Sánchez, señalando con el dedito / EFE

En los próximos quince días el  Gobierno seleccionará al alto funcionario o la alta funcionaria que ocupará una de las tres subdirecciones que conforman la Dirección General de Integración y Coordinación de Asuntos Generales de la Unión Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores. El puesto está catalogado como de nivel 30 -el más alto en la escala laboral de la Administración- y cuenta con un complemento específico -la bonificación más relevante en la tabla salarial de los funcionarios- de 25.824 euros. Un puesto de lo más apetecible, vaya.

Y esta no es más que una de las 106 plazas de cargo público que el Gobierno ha decidido convocar en el curso de la última semana, ya con los tambores de adelanto electoral resonando con fuerza por el 'no' del independentismo catalán al proyecto de Presupuestos, y que se cubrirán en los próximos días por el siempre controvertido procedimiento de la libre designación, que deja en los cargos políticos del Gobierno la decisión última sobre el mejor candidato al puesto.

La masiva convocatoria de plazas de libre designación que el Gobierno ha habilitado estos últimos días y que alcanza a casi la totalidad de los ministerios sorprende tanto por su número -sólo equiparable a las convocatorias de las semanas siguientes a un cambio de Gobierno- como por el contexto, ya que la trayectoria de esos funcionarios en sus nuevos cargos podría verse reducida a la mínima expresión en caso de una victoria electoral de la actual oposición política.

El asunto -que ha trascendido gracias al BOE- es insólito, aunque no tiene nada de irregular. El procedimiento reglado por la actual normativa señala como de libre designación aquellos cargos vinculados de forma directa al organigrama gubernamental, lo que no quiere decir que el Gobierno pueda nombrar a cualquier para esos puestos. Las convocatorias dejan bien claro que debe tratarse de funcionarios, pertenecientes a cuerpos habilitados para cumplir esas funciones y que deben acreditar una hoja de servicios suficiente para ocupar ese puesto.

Superado ese filtro empieza el umbral de discrecionalidad. Los responsables gubernamentales pueden elegir con total libertad el candidato o candidata que tengan en mejor consideración, que por cierto no suele coincidir con los que tuvieron algún tipo de responsabilidad en gobiernos de otro color. Ahí nace esa radical y sospechosa rotación de cargos intermedios cada vez que hay un cambio de Gobierno.

El asunto ha sido afeado por la OCDE y denunciado por las organizaciones de altos funcionarios que han propuesto cambiar el sistema de nombramientos de cargos intermedios para evitar esas 'purgas políticas' que tan mala imagen dan, en su opinión, a la Administración Pública.

Un centenar de cambios en el Cuerpo Diplomático

La convocatoria de plazas de libre designación para el organigrama del Gobierno coincide además con otra de un centenar de nuevas plazas, también de libre designación, en el Cuerpo Diplomático. En este caso, la convocatoria viene justificada por el vencimiento del plazo máximo que los diplomáticos pueden permanecer en un destino y también por las peticiones de cambio de destino formulados por algunos de ellos y también por los tiempos marcados en el Reglamento de la Carrera Diplomática que fija el 15 de febrero como fecha límite para la convocatoria de estas plazas.

En este caso los plazos son más amplios, aunque Asuntos Exteriores recibirá las solicitudes y resolverá la asignación de la plazas antes de las elecciones del 28 de abril, concretamente el día 20. Sobre la mesa, una decena de puestos de ministros consejeros -los 'número dos' de las embajadas- en destinos tan relevantes como Lisboa, Tokio o Moscú y también un puñado de puestos de cónsules generales en Londres, Los Ángeles o Caracas, además de consejeros, secretarios...

Sobre todos ellos resolverá en último instancia Josep Borrell, que aceptará la propuesta de la Junta de la Carrera Diplomática -que agrupa a los representantes de todos los cuerpos diplomáticos del Estado- si bien ésta no será vinculante, según se establece en el texto reglamentario.

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