Nivel inédito desde marzo

El gas europeo se acerca a sus máximos: Alemania prevé un invierno con escasez

El ministro de Economía alemán afirmó que los precios "van a seguir subiendo" mientras el Kremlin continúa reduciendo los flujos con el foco puesto en los meses de más frío. 

Gas Natural
El gas europeo se acerca a sus máximos: Alemania prevé un invierno con escasez
Europapress

El precio del gas natural en Europa se acerca su máximo histórico a medida que las medidas de los gobiernos europeos reflejan los problemas para garantizar el suministro a largo plazo. Alemania está ya en el nivel de alerta de su plan de emergencia y, aunque su Ejecutivo defiende que el abastecimiento está por ahora garantizado, el foco está en el invierno, cuando el consumo es mayor y para el que todavía no están llenas las reservas. La incertidumbre sobre qué ocurrirá en la temporada de frío ha disparado el TTF holandés, la referencia europea que recoge el precio de los contratos para el siguiente mes, hasta los 131 euros por megavatio hora (MWh), un nivel inédito desde marzo, el único periodo en el que el TTF cerró por encima de los 130 euros.

El récord histórico se registró el pasado 7 de marzo, días después de la invasión rusa de Ucrania tras la que Occidente aplicó numerosas sanciones contra el Kremlin y disparó el riesgo a un corte completo de los suministros. El precio actual es todavía un 35% inferior a los 207 euros/MWh en los que cerró el mercado ese día. Este jueves, el coste llegó a marcar los 137 euros, aunque se moderó al cierre. En apenas 10 días se ha encarecido hasta un 60%. El precio ya es superior al pico anterior que se registró en diciembre, después de que Rusia redujera el bombeo de gas. Antes, el mercado también entendió como un gesto de pánico la posibilidad de realizar compras conjuntas de energía en la Unión Europea (UE) para garantizar el suministro.

Ahora la situación es peor: "Los precios están muy altos y van a seguir subiendo", advirtió Robert Habeck, ministro de Economía alemán, que añadió que "de ahora en adelante, el gas es un bien escaso". Habeck anunció la activación del nivel de alerta de su plan de emergencia. Según el documento oficial, se aplica por la "reducción grave del flujo, niveles de almacenamiento muy bajos durante un largo periodo, cierre de importantes fuentes de suministros, un fallo técnico prolongado, condiciones climáticas extremas o alto riesgo de escasez a largo plazo".  En los últimos días, la capacidad del gasoducto Nord Stream se ha reducido al 40%. Gazprom, principal empresa gasística rusa y propietaria del Estado, justifica la caída por la falta de una turbina que no llega a Alemania por las sanciones. 

Sin embargo, desde Occidente aseguran que es una decisión política que busca desestabilizar, sobre todo a Europa y los precios del gas en el continente como respuesta a las sanciones.  Alemania no es el único país afectado por la dependencia del gas ruso, lo que presiona aún más los precios del TTF holandés. Austria, otro de los mayores afectados, y Suecia ya se encuentran en la primera fase del plan de emergencia del gas, mientras que Dinamarca o Países Bajos dieron el primer paso para activarlo. Además, Francia ha preparado un plan para limitar el suministro de gas en caso de escasez. 

Los países trabajan para evitar cortes de gas y, por tanto, de energía, por la falta de una fuente de suministro estable. El objetivo es cubrir las reservas de cara al invierno, cuando la demanda será mayor: "El invierno llegará, y tenemos que dar los pasos necesarios para estar preparados", señaló Habeck. Las reservas de Alemania se sitúan por debajo del 60%, cuando el objetivo para noviembre es el 90%. Jörg Rothermel, director de energía de la Asociación de la Industria Química de Alemania, afirmó que si hay escasez, el regulador de energía "tendrá que comenzar a emitir órdenes para que las empresas reduzcan su consumo de gas o incluso apaguen algunas instalaciones de producción".

Para evitarlo, Alemania trabaja para reducir el consumo estos meses, redirigiéndolo a fuentes alternativa como el carbón. Ni siquiera los precios disparados logran reducir de manera significativa el consumo. La segunda fase del plan de emergencia permite a las empresas trasladar los altos precios a los clientes, aunque el Gobierno alemán todavía no ha dado el visto bueno a ello. Más allá del coste, el impacto económico es importante y las previsiones de crecimiento se reducen a medida que caen los flujos de gas. En el mes de abril, el Bundesbank ya avisó que el veto a las importaciones de gas ruso llevaría al país a una recesión, aunque con una contracción inferior a la registrada durante 2020 por la pandemia. En concreto, calculó 165.000 mil millones de euros en producción perdida este año.

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