BP a la cabeza

Las grandes petroleras acusan un golpe de 40.000 millones tras salir de Rusia

El impacto de las sanciones se ha visto compensado por el elevado precio de las materias primas, que ha disparado sus ingresos en el primer trimestre y permite mantener beneficios. 

Las petroleras diversifican el negocio.
Las petroleras diversifican el negocio.

Los amplios beneficios logrados por las petroleras durante los primeros meses de 2022 se han visto ensombrecidas por el impacto de las sanciones contra Rusia. Las grandes compañías de Occidente han secundado el veto a la economía rusa y han decidido salir de su mercado, tanto de ventas como de producción. Como consecuencia, el golpe para las mayores compañías del sector asciende a 40.170 millones de dólares (casi 38.000 millones de euros) en conjunto, con la inglesa BP a la cabeza. No obstante, estas pérdidas se ha visto compensado por el elevado precio del petróleo, que ha disparado sus ingresos en el primer trimestre y permite mantener beneficios.

BP es de largo la compañía más afectada por la salida de Rusia y notificó en sus resultados trimestrales un cargo contable antes de impuestos de 25.520 millones de dólares después de deshacerse de su participación en Rosneft y otros negocios. En la petrolera rusa BP controlaba casi el 20% del capital, que aportó un tercio de la producción de petróleo y gas de BP en 2021, y su pérdida incluye una amortización de 13.500 millones. Este cargo arrastró la compañía a pérdidas en el primer trimestre del año, después del beneficio récord en casi una década en 2021  e incluso pese a los altos precios de las materias primas. El resultado operativo de BP superó las expectativas de los analistas y sus ingresos crecieron más de un 40% respecto a hace un año. 

Las pérdidas de BP se desmarcan de la tendencia positiva de sus rivales que, pese al impacto ruso, han incrementado las ganancias respecto a hace un año. La francesa Total Energies es la segunda que mayor golpe ha sufrido por su exposición a Rusia. En concreto, registró un deterioro de 4.100 millones de dólares por la "incertidumbre" para llevar a cabo un proyecto  de gas natural licuado (GNL), Arctic LNG 2, ubicado en el Ártico ruso y en el que también participa la rusa Novatek. Total decidió no aportar más capital para el desarrollo de proyectos en Rusia y ha iniciado la suspensión gradual de sus actividades en el país. Pese a ello, sus ventas hasta marzo se elevaron un 65% respecto a 2021 y ganó casi 5.000 millones de dólares (+48%). 

Por su parte, Shell había avisado que su salida de Rusia podría costarle entre 4.000 y 5.000 millones de dólares, el impacto final se rebajó a los 3.900 millones según notificó en su presentación de resultados. Su exposición a Rusia se debe, principalmente, a su participación (27,5%) en el proyecto de gas natural licuado Sakhalin-2 con Gazprom. Aún así, hasta marzo elevó su beneficio casi un 26%. En el caso de Exxon Mobil, reveló que el coste de su retirada de las actividades rusas ascendió a 3.400 millones de dólares frente a una facturación de 90.500 millones (+53%). La austríaca OMV y la noruega Equinor también han anunciado una pérdida de 2.170 y 1.080 millones de dólares, respectivamente, en sus cuentas.

Otras compañías del sector no han registrado un impacto en sus cuentas porque no tenían actividad en Rusia. Sin embargo, la exposición al mercado también se refleja por las compras que realizan en el país y que todavía no se han reducido al completo. Según un informe de Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA), Rusia ha ingresado 63.000 millones de euros por la venta de combustibles fósiles desde que invadió Ucrania. La mayoría (71%) se adquirió desde Europa y, entre otros, nombra a las petroleras Exxon Mobil, Shell, Total, Repsol, BP o la finlandesa Neste entre quienes han recibido entregas. 

A pesar de la exposición al mercado ruso, no todas las consecuencias de las sanciones son negativas para las petroleras. Sus beneficios se han visto disparado en los últimos meses impulsado por el precio de las materias primas, en concreto del petróleo. El veto al crudo ruso, impuesto ya por EEUU y Reino Unido y que la Unión Europea debate, restringe aún más la oferta en un momento de claro desajuste después de que la demanda se recuperó tras la reapertura de las economías. 

Rusia es uno de los principales productores de petróleo y el veto en contra ha disparado los precios. El precio del barril de Brent marcó en marzo un récord desde 2014 tras alcanzar los 130 dólares. Pese a moderarse desde entonces, cotiza todavía por encima de los 110 dólares y su precio se ha encarecido un 44% desde enero. El barril WTI, la referencia en el mercado estadounidense, también supera los 110 dólares. 

Los inversores no se han quedado ajenos a esta tendencia que impulsa los ingresos de las compañías del sector y sus cotizaciones avanzan en positivo en el año, con subidas de hasta el 40% desde enero para Exxon o Chevron, frente a los fuertes  desplomes que registran los principales índices del mundo. El selectivo Euro STOXX Oil & Gas suma un 11,4% desde el inicio del año, mientras que el Euro STOXX 50 pierde un 15%. 

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