La CNMV pide asumir la supervisión de la actividad auditora

  • El vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Fernando Restoy, ha reclamado hoy la responsabilidad de la supervisión de la actividad de la auditoría en lugar del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), organismo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda.

Vigo, 25 nov.- El vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Fernando Restoy, ha reclamado hoy la responsabilidad de la supervisión de la actividad de la auditoría en lugar del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), organismo dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda.

Durante su intervención en el XX Congreso Nacional de Auditoría celebrado en Vigo, Restoy ha abogado por una reorganización de la supervisión financiera en España, en la línea del modelo conocido como "Twin Peaks", elegido por "un número creciente" de países del entorno.

Por ello, con independencia de la "eficaz labor" del ICAC, ha defendido acometer reformas que apoyen la "suficiencia de medios" del supervisor, "refuercen su independencia institucional" y aprovechen las sinergias con otros organismos encargados de vigilar la "transparencia".

Restoy se ha remitido a la propuesta de la Comisión Europea de otorgar a la nueva Autoridad Europea de Mercados competencias sobre la función de auditoría a nivel comunitario para reafirmarse en que en España "debería evaluarse" tal asignación a la CNMV.

Asimismo, ha avanzado que el informe anual de revisión de cuentas de 2010, que se publicará en breve, incluirá un apartado explicativo de los procedimientos que sigue la CNMV para mejorar la transparencia y contribuir a reducir el número de salvedades recibidas.

En cuanto al debate abierto en el seno de la Unión Europea sobre la regulación de la auditoría, ha incidido en que las propuestas de la Comisión merecen ser evaluadas al detalle para evitar "inconvenientes excesivos" en forma de reducción de la calidad o de un aumento de las auditorías.

Restoy ha mostrado sus "dudas" sobre la eficacia de las auditorías conjuntas obligatorias, al implicar un aumento de los costes, y que las responsabilidades entre los organismos fiscalizadores se diluyan.

También ha puesto en tela de juicio la prohibición de realizar servicios diferentes a los propios para garantizar la "independencia real" de las empresas auditoras por sus "costes significativos", así como el sistema de rotación por cuanto impediría el aprovechamiento de la "experiencia acumulada".

Por lo demás, ha defendido "la necesaria convergencia internacional" de las normas de auditoría, en la que "queda aún un importante camino por recorrer" dado que un tercio de los miembros del G-20, entre ellos Estados Unidos, no las usan.

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