Carta anual a los accionistas

Larry Fink (BlackRock) defiende que el capitalismo no es política ni ideología

El consejero delegado del mayor gestor de activos del mundo afirma que la inversión sigue priorizando la búsqueda de beneficios y que no sigue lo 'políticamente correcto' con agendas sociales o ideológicas. 

Larry Fink, consejero delegado de Blackrock.
Larry Fink, consejero delegado de BlackRock.
L. I. / Blackrock / Archivo

"El capitalismo no se trata de política. No es una agenda social o ideológica. Es capitalismo, impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas entre usted y los empleados, clientes, proveedores y comunidades de las que depende su empresa para prosperar". Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, ha defendido la prioridad el capitalismo para perseguir ganancias frente a lo 'políticamente correcto'. En su carta anual a los accionistas ha negado que la compañía esté aprovechando su peso e influencia para apoyar una agenda política. 

Los accionistas analizan cada vez con más detalle el desempeño de las compañías en temas ambientales, sociales u otras cuestiones éticas para impulsar los rendimientos. Así, Fink, en su carta titulada 'El poder del capitalismo', defendió la postura de BlackRock de comprometerse con las empresas en la transición a una economía baja en carbono en lugar de desinvertir, diciendo que las empresas no pueden ser la "policía climática", sino que deberían trabajar con los gobiernos.

"Desinvertir en sectores enteros, o simplemente pasar activos intensivos en carbono de los mercados públicos a los mercados privados, no hará que el mundo alcance el cero neto", dijo. "Y BlackRock no persigue la desinversión de las compañías de petróleo y gas como política", añadió.

La misiva anual de Fink para los directores ejecutivos describe las prioridades que él considera cruciales para ayudar a los clientes de BlackRock a lograr rendimientos “duraderos” a largo plazo y alcanzar sus objetivos. En los últimos años, la carta se ha centrado en una variedad de temas, desde la diversidad en la sala de juntas hasta la emergencia climática. 

Su apoyo público a la inversión de acuerdo con los estándares ambientales, sociales y de gobernanza ha generado críticas. Por un lado, desde sectores conservadores de EEUU ha sido acusado de ser políticamente correcto para ocultar la canalización de dinero a empresas chinas a través de sus fondos de inversión - fue la primera empresa de propiedad extranjera en operar un negocio de propiedad total en la industria de fondos mutuos de China-. Pero también ha recibido críticas de ecologistas por no desinvertir por completo en las compañías de combustibles fósiles y otros sectores que contribuyen a la contaminación. 

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