¿Por qué la soja y el gas ruso mantienen en vilo al sector del automóvil europeo?

  • Moody's teme que un alza de aranceles de EEUU a los autos europeos y las represalias de Bruselas bloqueen 441.000 millones de flujos comerciales
Datos del automóvil y relación comercial UE-EEUU
Datos del automóvil y relación comercial UE-EEUU

"Lo de Estados Unidos y China es un paripé. Ya tienen todo atado y más que atado y... ¿Sabes quién va a ser el daño colateral de la supuesta batalla comercial? Va a ser Europa". Es lo que comentaba recientemente entre bambalinas un reputado economista, preocupado como el resto de inversores por el devenir de las conversaciones entre Washington y Pekín y por su impacto en el mercado. Al menos en la segunda parte de su afirmación el desarrollo de los acontecimientos le da la razón: los coletazos de la guerra comercial han empezado a sacudir al sector del automóvil europeo que ahora ve depender su futuro más próximo de una carambola política en la que están implicados el cultivo de soja y el gas procedente de Rusia.

Las firmas de análisis coinciden en que la nueva ronda de encuentros entre las dos principales potencias del mundo parecen marchar por el buen camino. En un momento en que el acuerdo parece más probable también existe un temor mayor a que cualquier revés provoque una decepción mayor en el mercado. Entre los mayores riesgos en ese caso estaría un endurecimiento de la posición estadounidense en relación a las importaciones europeas, sobre todo en lo que a los automóviles se refiere.

El pasado 17 de febrero el Departamento de Comercio de EEUU presentó una investigación sobre la posible amenaza de las importaciones de autos a la seguridad de EEUU, con especial atención a los europeos. Ahora Donald Trump dispone de 90 días, en principio hasta el 18 de mayo, para decidir si de acuerdo con esa información impone o no nuevos aranceles de hasta el 25% (desde el 2,5% actual). 

La agencia de calificación Moody's ya ha advertido de que esa posibilidad y las eventuales represalias por parte de los socios comunitarios podrían bloquear 500.000 millones de dólares (441.000 millones de euros) de flujos comerciales, es decir, el 2,8% de las importaciones mundiales y el 0,6% del PIB mundial según datos de 2017.

En alguna de sus alocuciones airadas, Trump se ha mostrado en desacuerdo con la “invasión” de autos europeos en EEUU, acusando al sector del debilitamiento de la industria de su país. Según explican desde MacroYield, querría convertir a este sector en moneda de cambio para tratar de rebajar el déficit comercial y abrir el mercado de la agricultura y la energía europeos a su país. Lo intenta porque sabe que éste es un sector clave para los Veintisiete. Según los últimos datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) da trabajo a más del 6% de la población empleada en la UE y aporta 413.000 millones de euros en impuestos. 

EL DATO

España exportó 31.407 vehículos a EEUU en 2018

Desde España se exportaron a EE.UU. un total de 31.407 vehículos en 2018. Esta cifra supuso un 1,4% del total de la exportación de automóviles y un 14,5% menos que en 2017, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), a los que hace referencia Europa Press.

Moneda de cambio... ¿para qué?

La Unión Europea tiene un papel complicado, puesto que quiere dejar fuera de la mesa de negociación a la agricultura, sobre todo por las presiones de Francia, muy proteccionista con este sector. El presidente Emmanuel Macron teme que los resultados de las próximas europeas den alas al nacionalismo y que el sector agrícola se ponga en pie de guerra y siga a los chalecos amarillos. 

Los Veintisiete han incrementado considerablemente en los últimos meses las compras de soja estadounidense y ha paliado en parte la caída de la demanda china en medio de sus negociaciones comerciales. En concreto en la campaña 2018-2019, con datos hasta el 7 de enero, las importaciones europeas de haba de soja procedente de EEUU se dispararon un 112% hasta los 5,18 millones de toneladas, mientras que descendieron las de Brasil, Canadá o Ucrania.  

En lo que respecta a la energía, Washington presiona para que Bruselas importe gas natural de EEUU, una opción que implicaría frenar las compras de gas procedente de Rusia, con los consiguientes problemas políticos y de coste, puesto que el GNL ruso llega vía gaseoductos, mientras que el estadounidense lo hace en barcos. Alemania, primer productor de automóviles, aboga por esta opción y está dispuesta a pagar ese precio con tal de que Trump no toque al sector de los autos. 

Según un reciente estudio realizado recientemente por el Instituto germano Ifo, un aumento de los aranceles hasta el 25% supondría un varapalo para la industria de la locomotora europea, puesto que reduciría las exportaciones de automóviles alemanes a Estados Unidos a la mitad. Las compañías alemanas ya están empezando a mover ficha y Volkswagen ha firmado una alianza con Ford para elevar la producción en EEUU. 

"En la medida en que no pensamos que la decisión de Trump sea inminente, sobre el sector Autos podría continuar la espada de Damocles arancelaria, que seguirá pesando en sus cotizaciones y que podría retrasar el mejor comportamiento potencial de este sector", apuntan desde MacroYield. 

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