Revolución bursátil

El fantasma de la recesión se posterga con la oleada de optimismo desatada por la IA

Las quiebras en EEUU han superado este año el nivel de cualquier periodo comparable desde 2010 en contraste con el optimismo sobre esta disruptiva tecnología, que tiene potencial para impulsar la economía y los mercados. 

Inteligencia Artificial
La recesión cantada se posterga con el optimismo prematuro de la era de la IA. 
Pixabay

La economía global ha resistido mejor de lo esperado, aunque la duda es si de verdad se ha evitado una recesión o se ha retrasado. Visto en retrospectiva, los efectos de una política monetaria más restrictiva fueron neutralizados por el exceso de ahorro, la rigidez de los mercados laborales, la relativa insensibilidad de los consumidores y empresas a la subida de los tipos de interés y la irrupción de la IA generativa. No obstante, estos factores positivos ya se han descontado totalmente de las valoraciones de las acciones y, de cara al futuro, la incertidumbre sobre el aumento de los tipos de interés persiste y ejerce presión sobre la economía. Al menos, es lo que consideran algunos economistas en Estados Unidos.

El optimismo sobre el potencial de la IA ha estimulado las ganancias de un grupo relativamente limitado de valores de gran capitalización, en particular en Estados Unidos. En cuanto a la confianza, es probable que el reciente repunte, motivado por un posicionamiento institucional más alcista, haya sido excesivo. Compañías como Nvidia han subido más de un 217% en bolsa, o Microsoft un 40%. "Es cierto que la IA tiene potencial para impulsar la economía y los mercados, pero lo más probable es que el proceso se prolongue durante varios años y sea complejo, dando cabida a mejoras de la productividad pero también a diversas formas de disrupción", según Wellington Management. 

"Es más, resulta difícil, si no imposible, establecer con acierto la previsión de beneficios y el múltiplo de valoración frente a las importantes revoluciones tecnológicas. Si bien no vamos a precipitarnos al alza en el sector tecnológico, a corto plazo buscaremos un equilibrio en la exposición al segmento Value frente al Growth", añade la gestora al respecto. La tendencia de los beneficios ha sido dispar en todas las regiones, pero, a escala mundial, se ha situado en terreno positivo. "En nuestra opinión, hay motivos para cierto optimismo, aunque nuestra hipótesis de base es que el empeoramiento macroeconómico lastrará las expectativas de beneficios", dice Wellington Management.

El foco de la renta fija

Los bancos centrales siguen con su eficaz contribución a la desaceleración económica, por lo que mantenemos nuestra visión ligeramente alcista sobre la renta fija defensiva. En el segundo trimestre, el mercado modificó al alza su previsión sobre los tipos de interés al reiterar tanto la Reserva Federal como otros bancos centrales su compromiso de combatir una inflación elevada y persistente, a pesar de la evidencia de su caída. Una 'pausa', que solía significar que el siguiente paso sería un recorte de los tipos, es ahora más un 'salto', en el que los bancos centrales esperan a ver el impacto acumulativo de una política monetaria más restrictiva antes de reanudar las subidas. El Banco de Canadá y el Banco de la Reserva de Australia ya han puesto en práctica esta estrategia.

La revalorización del mercado aumenta el atractivo de la deuda pública estadounidense frente a la europea y la japonesa. El endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal debería redundar en beneficio de los vencimientos a más largo plazo en Estados Unidos, que, a su vez, continúan experimentando una fuerte demanda por parte de las compañías de seguros y los fondos de pensiones. El proceso de endurecimiento de la política monetaria en Europa es aún incipiente y la inflación es más elevada que en Estados Unidos. En Japón la media de los expertos aseguran que cualquier ajuste en la política monetaria debería ser gradual.

Por otra parte, el mundo está en la fase final del ciclo crediticio, caracterizada por una curva de rendimientos invertida, unas condiciones crediticias más restrictivas y un deterioro de los fundamentales. Históricamente, estos factores han sido claros indicadores de un exceso de rentabilidad negativa en relación con la deuda pública en los 6 a 12 meses siguientes. En lo que va de año, las quiebras en Estados Unidos han superado el nivel de cualquier periodo comparable desde 2010. "Los diferenciales de alto rendimiento deberían ser, como mínimo, 140 puntos básicos mayores que el actual diferencial de +430 puntos básicos, dados los riesgos descritos anteriormente", analiza Atlantic Capital en un informe.

"En este entorno, prevemos que el crédito con grado de inversión se comporte mejor que el de alto rendimiento, a pesar de que los diferenciales de alto rendimiento se estrecharon durante el segundo trimestre, mientras que los diferenciales con grado de inversión se mantuvieron prácticamente sin cambios", agrega la entidad. En vista de ello y del sólido nivel de partida de los fundamentales del grado de inversión, Wellington Managment ha elevado su posicionamiento frente al crédito global con grado de inversión a neutral. "Nos inclinamos más por la deuda de mercados emergentes en divisas fuertes que por los bonos corporativos de alto rendimiento, ya que los primeros entrañan más riesgo", sentencia la gestora.

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