El comportamiento del precio del petróleo representó un autentico quebradero de cabeza el año pasado. Los recortes anunciados por la Opep y las tensiones geopolíticas en Oriente Próximo presionaron al alza el oro negro, afectando especialmente al sector de las aerolíneas. De hecho, Ryanair ha presentado este lunes unos resultados decepcionantes: la firma hundió sus beneficios y sus acciones caen un 2,6%.
La compañía 'low cost' registró un beneficio neto de 2.190 millones de euros en los primeros nueve meses de su año fiscal, un 39% respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, entre octubre y diciembre de 2023 se anotó un beneficio de 15 millones de euros, frente a los 211 millones acumulados en 2022. Es decir, un 93% menos. La compañía considera que la caída de las ganancias depende del aumento del precio del combustible, entre otros factores.
Tras un 2023 para olvidar, este año también parece ser cuesta arriba para la compañía. De hecho, la compañía ha reducido sus previsiones de beneficio neto para 2024, y prevé que se sitúe entre 1.850 y 1.950 millones de euros, por debajo de los pronósticos anteriores, que lo situaban entre 1.850 y 2.050 millones. Desde la compañía advierten de que el cumplimiento de las previsiones dependerá también de la evolución de las tensiones en Oriente Próximo y en Ucrania.
Tras la presentación de los resultados, los inversores han castigado no solo a la compañía, sino al entero sector, uno de los más bajistas del Stoxx 600 en esta sesión. AirFrance lidera las caídas del sector con una caída del 3,1%, y agrava las pérdidas del año: desde principios de 2024 cede un 11,8%. A la aerolínea francesa se suma la alemana Tui, que cede un 2,11%, Iag, que cae un 1,23%, y Lufthansa, en torno a un 1%.
