AI advierte de que el cierre de los campos de trabajos forzados chinos podría ser un "cambio cosmético"

    • Denuncia el uso de otras fórmulas de represión como las "cárceles negras" o los "centros de lavado de cerebro."
    • Deja a los detenidos ante un riesgo mayor de violaciones de los DDHH que los que están bajo el sistema de reeducación mediante el trabajo

Amnistía Internacional (AI) ha advertido que los planes del Gobierno chino de poner fin al sistema de reeducación mediante el trabajo corre el riesgo de no ser más que "un cambio cosmético", ya que las autoridades ya están poniendo en marcha otras medidas de persecución.

El Parlamento chino tiene previsto discutir la próxima semana, a propuesta del Gobierno, la supresión de los campos de trabajos forzosos. Sin embargo, aunque esto ocurra, ha advertido AI en un comunicado, las autoridades están recurriendo cada vez más a las llamadas "cárceles negras", centros de rehabilitación forzosa del consumo de drogas, y a los "centros de lavado de cerebro".

"Abolir el sistema de 'reeducación mediante el trabajo' es un paso por el buen camino. Sin embargo, parece que ahora podría ser solo un cambio cosmético para evitar las críticas sobre los abusos de este sistema donde la tortura está extendida", ha subrayado la investigadora sobre China de AI, Corinna-Barbara Francis.

"Está claro que las políticas subyacentes de castigar a las personas por sus actividades políticas o creencias religiosas no han cambiado. Los abusos y las torturas continúan, solo que de una manera diferente", ha advertido.

La investigación llevada a cabo por Amnistía Internacional ha puesto de manifiesto que las autoridades chinas están utilizando cada vez más otros canales para castigar al mismo tipo de personas a las que se solía enviar a los campos de trabajos forzados.

De hecho, algunos de estos antiguos campos son remodelados, en ocasionese con un simple cambio de nombre, y ahora han pasado a ser centros de reeducación mediante el trabajo contra la adición a las drogas. Este tipo de centros funcionan de forma prácticamente igual a los antiguos campos de trabajo, en los que los detenidos pueden pasar años. Se extiende el uso de centros de lavado de cerebro

Igualmente se está extendiendo el uso de "centros de lavado de cerebro", en ocasiones conocidos oficialmente como "clases de educación legal" y cuyo objetivo principal es forzar a seguidores de Falun Gong a renunciar a sus creencias, a veces mediante la tortura y otros malos tratos.

Según Amnistía, también se ha incrementado el uso de las llamadas "cárceles negras", centros de detención no oficiales, instalados a menudo en lugares al azar como hoteles o edificios abandonados, para encarcelar a los llamados 'peticionarios', personas víctimas de injusticias y abusos que recurren al Gobierno tras haber agotado la vía judicial.

Este tipo de cárceles, según la ONG, no tienen base legal en la legislación china y las autoridades siguen negando su existencia, lo que deja a los detenidos en ellas potencialmente ante un riesgo mayor de violaciones de los Derechos Humanos que los que están bajo el sistema de reeducación mediante el trabajo.

En estos dos últimos tipos de centros de detención "la tortura está descontrolada". "Muchos detenidos, que han pasado años en campos de trabajo forzado, están siendo enviado ahora a 'cárceles negras', 'centros de lavado de cerebro' o centros de reeducación contra las drogas porque siguen negándose a abandonar sus derechos o creencias", a denunciado Corinna-Barbara Francis.AI denuncia detenciones arbitrarias

"Las autoridades chinas deben poner fin inmediatamente a todas las formas de detención arbitraria y garantizar que las leyes que protegen a los detenidos son puestas en línea con los estándares internacionales sobre Derechos Humanos", ha reclamado.

Para la investigadora de Amnistía Internacional, "tiene que haber un cambio fundamental en las políticas que están en la raíz de la represión y que privan a los detenidos de sus derechos más básicos". "Mientras éstas sigan en vigor, las autoridades chinas simplemente encontrarán nuevos modos de castigar a las personas que consideran una amenaza", ha remachado.

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